Viñeta de un pueblo andaluz | Spain and the concept of hometown

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ENGLISH
In Seville, Spain, where I live, I know many people who, when you ask them what they're doing on the weekend, respond by saying, "Me voy al pueblo." They're going to their village.

I know that across the world, many people who live in the city have roots in a town beyond those city limits. I am from a small town as well, and you could even consider me to be one of those who goes back to her pueblo.

I made this video to capture the essence of what it means to go back to your hometown. Though it's made with the backdrop of an Andalusian village, the sentiments are shared beyond borders and run deeper than simply relocating for the weekend.

Thanks for watching. Remember you can contact me by email at deamericanasmaneras@gmail.com or on Instagram (https://www.instagram.com/deamericanasmaneras/).

CASTELLANO
En Sevilla, España, donde vivo, conozco a muchas personas que, cuando les preguntas qué están haciendo el fin de semana, responden diciendo: "Me voy al pueblo".

Sé que en todo el mundo, muchas personas que viven en la ciudad tienen raíces en una comunidad más allá de los límites municipales. Yo también soy de un pueblo pequeño, y hasta podrías considerarme como uno de los que regresa a su pueblo.

Hice este video para capturar la esencia de lo que significa regresar a su ciudad natal. Aunque está hecho con el telón de fondo de un pueblo andaluz, los sentimientos se comparten más allá de las fronteras y son más profundos que simplemente mudarse para el fin de semana.

Gracias por ver este vídeo. Recuerda que puedes contactarme por correo electrónico a deamericanasmaneras@gmail.com o en Instagram (https://www.instagram.com/deamericanasmaneras/).

Cada dos, tres, o cuatro semanas, hacemos ese viaje que muchos habitantes de la ciudad conocen: el viaje al pueblo.

Muchos países vieron cómo sus aldeas rurales comenzaron a vaciarse a medida que la gente se sentía atraída por la ciudad, llena de oportunidades para un nuevo trabajo y una nueva vida.

Pero el cordón que nos une a nuestra ciudad natal, o la de nuestros padres o abuelos, permanece intacto. Sigue proporcionándonos buenos recuerdos y sigue llamándonos.

Vamos al pueblo a respirar. A mirar a lo lejos y ver los colores de la tierra cambiar con las estaciones. A cuidar a nuestros seres queridos, y a que nos cuiden.

La idea de volver al pueblo no es exclusiva de Andalucía. Puede que ni siquiera sea exclusivo de España. Lo único que sé es que en Sevilla, al menos, seguro que conoces a alguien que vuelve al pueblo cada pocas semanas. Puede que tú seas ese alguien.

En mi caso, el pueblo que visito es un pueblo andaluz.

Esta es la tierra de la riqueza mediterránea. Aceitunas, naranjas, girasoles. De inviernos que son verdes después de las lluvias otoñales, y veranos que se sienten como si Dios acabara de abrir el horno.

Y al igual que en todos los pueblos, la comida aquí es mejor que cualquier cosa que encuentres en los supermercados de la ciudad.

Hay abundancia. Una comida tiene el poder mágico de mantenerte lleno durante un día y medio. Hay recetas preparadas por manos que conocen todos los trucos. Y siempre sobrará algo para llevar a casa.

Este es un homenaje a las comunidades a las que regresamos, año tras año, como un lugar donde podemos escapar del tiempo y anidar seguros en nuestros recuerdos.

Es el único lugar que nunca cambia, pero cuando realmente lo miras frente a frente, ha cambiado de innumerables formas.

Ambas versiones viven dentro de nosotros y nos llenan simultáneamente con la comodidad de tardes idílicas y la angustia de que nunca las recuperaremos.

Este es un homenaje al pueblo.

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