La República de Platón - La educación en el Estado (Formación de los guerreros y del gobernante)

Con la llegada de los guardianes surge un nuevo paradigma en la #sociedad, ya no hablamos de un solo tipo de hombres, los artesanos, sino de dos. Al igual que en el #Estado saludable, donde cada uno nacía con la habilidad para desarrollar una actividad, asimismo los guardianes nacen con la naturaleza adecuada para defender la ciudad e instaurar el orden.

¿Cuál es esta naturaleza de los guardianes? Según #Platón, deben de tener agudeza en la percepción, rapidez, fuerza y valentía; no obstante, el poseer estas cualidades los hace propensos a desarrollar una personalidad agresiva, con lo que se corre peligro de atacarse entre sí o al pueblo que deben proteger. Así que además de tener esta irascibilidad, deben tener una parte de filósofos, Platón lo ejemplifica diciendo que los guardianes deben tener una naturaleza igual a la del perro, es decir, deben ser dóciles con quienes conocen y agresivos con los extraños. Los guardianes, al tener esta naturaleza tan peculiar, necesitarán una educación diferente a la de los artesanos, basada en el amor y la lealtad a la #ciudad.

La educación física y la educación cultural son los dos pilares en la formación de los guardianes. Platón hace un mayor énfasis en la educación cultural, principalmente en la música y en la poesía; pero, dice, no toda la música ni toda la poesía tienen un efecto positivo en las personas. Puesto que el hombre tiende a imitar todo lo que ve y escucha, la poesía, representada a través de mitos, leyendas y cuentos, debe inculcar la verdad, el autodominio y el valor; aquella poesía que fomente la avaricia y la inmoralidad debe ser censurada.

“Debemos supervisar a los forjadores de mitos, y admitirlos cuando estén bien hechos y rechazarlos en caso contrario. Y persuadiremos a las madres a que cuenten a los niños los mitos que hemos admitido, y con éstos modelaremos sus almas mucho más que sus cuerpos con las manos. Respecto a los que se cuentan ahora, habrá que rechazar a la mayoría”. (377c)

En el caso de la música, ésta debe ajustarse a las palabras y no al revés. Los instrumentos de cuerda, como la lira y la cítara, son admitidos; mientras que los de viento, como la flauta, serán rechazados. La razón de esto es porque hay ciertos ritmos que incitan a la calma y otros que incitan al desenfreno.

“No hay que ir en pos de ritmos muy variados ni de pasos de toda índole, sino observar los ritmos que son propios de un modo de vivir ordenado y valeroso”. (400a)

“La educación musical es de suma importancia a causa de que el ritmo y la armonía son lo que más penetran en el interior del alma y la afecta más vigorosamente”. (401d)

Pero además de ser educados en la cultura, los jóvenes -como dijimos- deben ser educados físicamente. Platón sostiene que un cuerpo sano no produce por sí mismo una mente buena, pero una mente buena sí conduce a un cuerpo sano.

Necesitarán ejercicios que los preparen para la guerra, pues “deben estar siempre alertas y agudizar al máximo ojos y oídos, aun cuando sufran muchos cambios durante las campañas, como escasez de alimentos y agua, olas de calor y tormentas invernales”. (404b)

Se les prohíbe la embriaguez y acudir con prostitutas. La alimentación debe ser simple pero balanceada para tener cuerpos resistentes. Una vez concluida su educación, están listos para proteger al Estado y procurar el orden dentro de él.

Dado que los guardianes son los mejores hombres que hay en la ciudad, es natural que de entre ellos salga quien deba gobernar. Ahora, ¿qué cualidades deben de tener aquellos candidatos a gobernar? Deberán ser hombres maduros, inteligentes, eficientes y preocupados por el Estado.

Serán puestos a prueba desde la niñez, con tareas que les hagan olvidar la convicción de hacer lo que es mejor para el Estado; se aprobará a aquellos que tengan buena memoria y sean difíciles de engañar. También se les impondrán trabajos, sufrimientos y competiciones en las cuales deberán demostrar también que son aptos para guiar y dirigir.

“Se examinará que no sean asustadizos, se les llevará a lugares terroríficos y luego trasladados a lugares placenteros. Con ello, se pondrá de manifiesto si son decentes en todas las ocasiones, conduciéndose siempre con el ritmo adecuado y con la armonía que corresponde. Y aquel que, sometido a prueba tanto de niño como de adolescente y de hombre maduro, salga airoso, hay que erigirlo como gobernante y guardián del Estado”. (414a)

Ahora es a los gobernantes a los que Platón llama en sentido estricto los Guardianes del Estado, los guardianes de la ciudad ahora son llamados “auxiliares” o “militares”.

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