¿Qué hacer si, en medio de una conversación, olvidamos el nombre de un viejo amigo?

¿Alguna vez te encontraste con un viejo amigo o un conocido, al que habías visto varias veces antes y, de repente te diste cuenta de que habías olvidado su nombre? Se quedan ahí, hablando de sus vidas, familias o chismes del trabajo, mientras internamente tú intentas recordar en secreto si su nombre es Esteban, Pablo... (¿o tal vez David?) y esperas que de alguna manera te dé una pista.

Esto podría pasarnos inclusive durante las entrevistas de trabajo, cuando la combinación de adrenalina y nerviosismo pueda dificultar nuestra capacidad para recordar detalles básicos, como el nombre de nuestro entrevistador.

En algunos casos, la honestidad es probablemente la respuesta más fácil. Decirle a alguien que eres malo con los nombres y preguntarle directamente no es una mala idea. Un simple: “lo siento, no soy bueno recordando nombres” será suficiente. Recuerda que no es un crimen tener mala memoria.

En este video les voy a presentar una historia que creo que todos podemos relacionar con algún momento de nuestras vidas. Si alguna vez te has encontrado en una situación en la que, de repente, olvidas el nombre de un viejo amigo, entonces este video es para ti. ¡No te lo pierdas!

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