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El precioso velero de Gucci

El velero Sirocodiez en sus navegaciones ha tenido la suerte de coincidir con los más bellos veleros que surcan los diferentes oceanos del mundo.
Hoy os voy a contar la historia del velero, Creole, esplendor y drama del velero más bonito del mundo.
La historia de esta goleta áurica, aparejada con 3 mástiles y velas cangrejas y escandalosas, empieza en el año 1926, cuando el millonario Alec Cochran, enfermo de tuberculosis, quiso poseer en sus últimos años de vida el barco más bonito del mundo.
Encargó la construcción a los astilleros Camper & Nicholson y así nació el Vira, como fue llamado al principio este velero de 65 metros de eslora.
Su leyenda de mala suerte empezó ya en la botadura del barco: se necesitaron 3 intentos para romper la botella de champán. Pasado el susto, Cochran quiso estrenar su nuevo yate, pero los altísimos mástiles le provocaban vértigo y los hizo cortar. Finalmente decidió venderlo, y pese a haber cumplido su sueño de tener el barco más bello del mundo, nunca llegó a navegar en él.
En 1928, lo compró Maurice Pope, que lo rebautizó con el nombre de ‘Creole’, Criollo, en honor a su postre preferido que le preparaba su cocinero de Nueva Orleans.
Más tarde, en 1937, fue comprado por Sir Connop Gutthrie que, enamorado del barco, restauró la arboladura original de goleta áurica.
Pero la mala suerte continuaba persiguiendo a este barco y al estallar la II Guerra Mundial fue requisado para usarlo como desactivador de minas en las costas escocesas. En una de sus “acciones bélicas”, la nave perdió los mástiles y fue abandonada.
En el año 1947 el Creole resurge de su abandono, por todo lo alto. Stavros Niarchos, un rico armador griego, lo compra y lo restaura. Su objetivo principal es ganar en glamour a su cuñado, que es ni más ni menos que el magnate Aristoteles Onassis, casado en ese momento con Jaqueline Kennedy.
El Creole se erige así como un símbolo de la opulencia griega y de la lucha de poder de estos dos empresarios. Pero lo glamuroso terminó de golpe en 1970, cuando la esposa de Niarchos falleció en el barco en extrañas circunstancias. El diagnóstico: sobredosis de barbitúricos. La versión oficial fue un accidente. La versión de las malas lenguas fue un suicidio o un asesinato. Fuera lo que fuere, fue suficiente para que el armador decidiera vender el Creole.
En 1977, el gobierno danés compró el Creole para hacer de él un velero-escuela. De hecho, el barco fue utilizado para la rehabilitación de jóvenes adictos a las drogas. Después de cinco años de uso, el Creole estuvo a punto de naufragar y se volvió a poner a la venta.
En 1983, lo compró el modisto italiano Maurizio Gucci. Lo ancló en Mallorca y lo restauró minuciosamente. El Creole volvió a ser “la nave más bonita del mundo”. Tardó 12 años, pero la maldición volvió. En 1995 Gucci muere asesinado. Para sorpresa de todos se descubrió que su esposa estaba detrás del asesinato y fue condenada a treinta años de cárcel.
Los que lo han visto navegando afirman que no hay un espectáculo más bello en el agua que tener la oportunidad de ver la evolución de este velero con todas las velas desplegadas, manejado por una tripulación formada por entre 30 y 40 personas.
El Creole está ahora en manos de las hijas del diseñador, Alessandra & Allegra Gucci, que lo mantienen en un estado implecable como homenaje a la memoría de su fallecido padre.

Видео El precioso velero de Gucci канала Toni Nieto
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29 июля 2015 г. 14:58:12
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