El Ojo del Inca, paisaje mágico y aguas curativas

Transcurrieron más de 10 años desde que pisé por primera vez tierra potosina, tras haber sido hipnotizado y guiado de la mano del libro de Jaime Mendoza, en las Tierras del Potosí de 1911, y pese al paso del tiempo la sensación mágica de la región aún queda pero esta vez de la región de Tarapaya y, más específicamente, del Ojo del Inca, un lugar bello para la vista y el cuerpo.

El Ojo del Inca está localizado a 26 kilómetros de Potosí y es precisa una caminata desde el centro poblado de al menos media hora para arribar al mismo, aunque cuenta con un rústico camino de tierra que, si uno tiene suerte, puede estar habilitado para los vehículos y así llegar con más facilidad. Sea como sea el arribo tiene su recompensa.

Caminar tiene sus regalos, si uno tiene la mente abierta, porque se puede observar un interesante paisaje rocoso que, en muchos casos, nos dibuja a seres fantásticos o quizá a animales extintos que gritan desde la tierra. Es sólo cuestión de observar y deleitarse.

Rodeado de cerros y paja brava se encuentra el Ojo del Inca, una laguna de agua termal que – según los comunarios – tiene propiedades curativas y donde otrora los mismos solían dejar huevos y papas cociendo mientras cumplían sus labores en el campo de la agricultura.

Esta característica ha hecho que en la comunidad se haya instalado un sistema de balnearios alimentados por las aguas térmicas, al cual acuden personas de todas las edades en busca de diversión, curar enfermedades o sencillamente encontrar un lugar caliente en medio del frio característico de la región.
Muchas historias se tejen alrededor de esta laguna, más que todo, debido a la muerte por ahogamiento de algunas personas, por lo que recomiendan tener mucho cuidado en su ingreso, aunque al momento de la visita al lugar (finales de 2019) no se permitía el ingreso a sus aguas.

De acuerdo con Fredy Cotreras Chacón, encargado del cuidado del lugar, esta laguna, que pertenece a un sistema de lagunas que tienen agua con una temperatura que oscila entre los 30 y 40 grados centígrados, atrae fundamentalmente a los hombres, por lo cual fueron los mismos los que murieron de forma trágica.

Según Chacón, quien también ejerce como eventual salvavidas en caso de necesidad, el nombre de la laguna tiene su origen en la forma de la misma, un círculo, y el uso que hacían los incas que venían desde Perú, fundamentalmente ritual y de cuidado de la salud, porque se considera que tiene grandes propiedades curativas.
Sin duda, Bolivia no deja de sorprender, así que si usted está en Potosí y desea conocer un lugar mágico, visite el Ojo del Inca, y si tiene suerte quizá pueda sumergirse en sus aguas.

Видео El Ojo del Inca, paisaje mágico y aguas curativas канала Boris Quisberth Luna