Este secreto me convirtió de un vagabundo a millonario.

Cuando no tenía hogar, caminaba por la ciudad en lugar de quedarme en un lugar demasiado tiempo. Recogía latas y botellas por las que podía conseguir un poco de dinero y, a veces, tenía la suerte de encontrar algo afilado para poder cortarme el pelo desgreñado. El día que todo comenzó, caminaba por la noche hacia el lugar donde solía dormir, pero había un par de adolescentes jugando por ahí. Estaban pintando cosas en la pared. Sabía que me veía bastante aterrador, y ellos no sabían que era solo unos años mayor que ellos, así que comencé a correr a toda velocidad hacia ellos y agitar los brazos como loco, gritando incoherencias.

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Me reí cuando vi sus caras aterrorizadas mientras salían corriendo, pero noté que dejaron sus botes de pintura. Era pintura en aerosol. En mi pared había un grafiti terrible. Y me refiero a terrible porque parecía que lo había hecho un niño de dos años. No estaba realmente cansado esa noche, así que pensé que también podría hacer uso de mi nueva pintura en aerosol. Empecé a pintar sobre el terrible graffiti y me di cuenta de que en realidad no era malo en eso. Se veía mucho mejor que el de los adolescentes. Pinté y pinté con solo un poste de luz parpadeante iluminando la pared, hasta que no pude dejar de bostezar. Metí las latas de aerosol en mi bolso y me acosté en la parte menos sucia del piso para dormir.

Se convirtió en una costumbre para mí pintar. Después de unos días, había cubierto toda la pared del callejón donde dormía con pintura. Era un mural enorme, pintado para que pareciera un portal al paraíso. Estaba caminando al día siguiente de terminarlo cuando vi a algunas personas tomando fotos y tomándose fotos frente a él. Supongo que les gusta, pensé. Esto continuó durante algún tiempo, a la gente aparentemente le gustó mi arte. Me gusta hacer feliz a la gente y hacer que nuestra ciudad se vea mejor, así que comencé a pintar en otros lugares, pero de forma anónima, por supuesto. Llené la ciudad con tantos de mis murales como pude, y a la gente parecía gustarle. Algunos días no podía pintar porque mis latas estaban vacías, pero buscaba más y seguía pintando. Una noche encontré un montón de latas en perfecto estado debajo de una gran pared blanca, lo que hacía que los colores resalten más. Empecé a pintar, y cuando estaba a mitad de camino, sentí un golpecito en mi hombro. Maldita sea, pensé, la policía me atrapó.
Me di la vuelta y vi a un hombre, parecía que tenía 20 años como yo. Sin embargo, no parecía un vagabundo, a diferencia de mí.
"Oye, soy Reggie", dijo. Le di la mano y dije "Soy Kai". Señaló las latas de aerosol y dijo: "Veo que te gustó mi pintura en aerosol". Ah, entonces eran suyos. Comencé a disculparme por usarlos, diciendo que no sabía que pertenecían a alguien, pero él dijo que los dejó allí para mí. Reggie comenzó a explicar cómo era un artista en apuros. Pintó y pintó pero nadie compra su arte. Así que quería llegar a un acuerdo conmigo. Dijo que me compraría toda la pintura y otros materiales de arte que necesitaba, y que podía vender mi arte. Dijo que sería la cara del negocio, ya que era tan carismático, y que podría pintar lo que quisiera, por dinero. Dividiremos el dinero 50/50. Ahora me doy cuenta de que no fue un buen negocio, pero en ese entonces no tenía hogar, estaba desesperado por salir de las calles, así que le estreché la mano e hice un trato con el diablo.

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