¡NADIE CREÍA EN ÉL! EL COMPOSITOR QUE ESCRIBIÓ ÉXITOS DE AMOR CON EL CORAZÓN COMPLETAMENTE ROTO

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1964: Aunque no se considera salsero, Palmer Hernández, es ese compositor dominicano, creador de grandes éxitos en la historia de la salsa romántica que les dio letra a voces tan inolvidables como Lalo Rodríguez, Eddie Santiago, David Pabón, El gran Combo de Puerto Rico, Lucero e incluso a Wisin & Yandel.

Parménides Mancebo Hernández nació en República Dominicana y vio la luz en medio de una familia muy regional y con gusto artísticos muy marcados.

Sí, la música lo acompañó en todas sus etapas de desarrollo y, en especial la de “Los Panchos”, “Pedro Infante” y “Jorge Negrete” que escuchaban sus padres en toda la casa. Así, fue como despertó esa inquietud que años más tarde nos regalaría los más grandes éxitos.

Palmer era un niño, cuando encontró en un basurero un pequeño teclado que solo tenía 7 teclas y, es con este instrumento que empieza a conocer el universo de la música.

Aunado a esto, a los 9 su padre le regala una reproductora con la que graba pequeñas composiciones que, dos años después, se vería reflejado en su primera canción llamada “Dicha” que escribió en 3 páginas. Sí, no tenía ni idea del concepto y menos el patrón que debía seguir.

Una de las características muy marcadas de Palmer es que siempre ha estado dispuesto a aprender. En esta época, empieza a estudiar a cantautores como Rubén Blades que usaba solo dos o 3 versos para contar toda una historia. Así también, la novia que tenía a los 15, era cantante solista de un coro y le enseñaba, algunos acordes de guitarra para que la acompañara. Así es como va descubriendo su vocación.
1984: El dominicano ya contaba con un catálogo de canciones que debía promocionar, pero no sabía cómo. Su amigo y también compositor, Mario Díaz, es quien le incita a visitar las oficinas donde se juntaban varias orquestas.

Como escucharon, el camino no era nada alentador para Palmer que desde este año hasta el 87, solo pudo convencer a la dominicana Jackeline Estévez para que grabase un tema que pasó sin pena ni gloria.

Como buen amigo, Mario Díaz, decide llevarlo a una audición para la orquesta de Joan Minaya y ¿saben qué pasó?, pues fue elegido y arrancó como cantante.

Así es como fue ampliando sus responsabilidades y a escribir canciones para agrupaciones del momento, una de ellas “Soy yo” para el álbum homónimo (portada: La artillería – 1990) de la orquesta La Artillería dirigida por el maestro Joan Minaya.

Te contamos que “Soy yo” salió mucho antes en la voz de Néstor que cantaba en la orquesta de Minaya; sin embargo, la canción se popularizó con La Artillería.
Y en 1987, siguiendo la línea del merengue le compone para el grupo Fantasía “Ana” publicado en su LP “Looking good”.

¿Sabías que le cambiaron a Palmer porque su nombre y apellidos tomaba la mitad del disco?, bueno esto sucedió en el LP de Jackeline Estévez cuando se dieron cuenta que su nombre era muy extenso, por lo que recordó que una novia para abreviar le decía ‘Palmer’, y ¡boom! quedó su apodo artístico.

1988: Un año de oro, y es que así podríamos catalogar a estos 365 días que fueron de pura inspiración exitosa en la carrera como compositor de Palmer. Para esta época, su nombre ya figuraba entre la música popular y su maestro, como él le llama a Joan Minaya, vuelve a aparecer con un pedido de auxilio. Sí, resulta que la persona en mención había tenido una reunión con el equipo del sonero puertorriqueño Lalo Rodríguez, quienes buscaban un tema para su nuevo disco (portada: Un nuevo despertar – 1988) y, confiando en la responsabilidad y compromiso de Hernández, le pide hacer un tema salsero, pero en solo horas.

El problema era que Hernández, en la mañana de ese mismo día había aceptado hacer una canción en 24 horas para Los Melódicos de Venezuela y estaba justamente muy presionado para entregarla al día siguiente. Sin embargo, Minaya apelando a esa amistad que los unía prácticamente lo dejó sin alternativas y tuvo que aceptar, no sin antes pensar cómo lo haría, pues mayormente se consideraba un sastre que hacía los ternos a la medida del cliente y, en este caso, no sabía absolutamente para quién iba el trabajo.

Con toda esa presión encima, Hernández termina a la medianoche “Por ti amor” para Los Melódicos de Venezuela.

Y, luego empezó a componer la que se convertiría una de las canciones más importantes de su repertorio, escrita contra el reloj y por la madrugada: Ven, devórame otra vez.

Pero, antes de contarte sobre la canción, hay una historia detrás de una presión tan intensa, y no por el trabajo de la orquesta, sino por su familia. Sí, el portal Azúca Lola! cuenta que, durante sus inicios Palmer alternaba la composición, trabajando en una empresa de alimentos como facturador e impartiendo clases en una escuela pública nocturna, pues aún el trabajo de artista no era el mejor, a pesar que ya tenía clientes a los que les componía merengues y baladas.

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