Descubrí que mi novio de Internet era mi papá

Acababa de terminar de meter lo último de mis cosas en una bolsa, cuando mi madre gritó: "¡Elle, vamos! ¡Hora de irse!". Lanzando mi mochila sobre mi hombro, me deslicé por la barandilla de las escaleras por última vez. Estaba acostumbrada a mudarme, pero realmente me gustaba esta casa. Mi papá estaba parado en la puerta de la casa. Me dio esa mirada que siempre me daba cuando nos mudamos, esa mirada de culpa. Me di cuenta de que se sentía mal, pero no tenia por que obligar a mi madre y a mí a mudarnos porque necesitaba estar más cerca de sus clientes durante unos meses, simplemente podía viajar de un lado a otro.

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Me subí al auto e inmediatamente puse mis auriculares.Siempre me ponía de mal humor. Íbamos a estar en el auto por unas horas, así que decidí tomar una siesta. Estaba tratando de dormirme cuando escuché a mi mamá y a mi papá hablar.
Mi papá dijo: "Me siento mal. Elle está tan sola es mi culpa ". Luego levantó la voz y, al mirar por el espejo retrovisor, me preguntó: "Elle, ¿estás despierta?" A lo que respondí con un gruñido somnoliento.
“Esta es la ultima vez lo prometo." Me levanté de un salto sentandome enérgicamente. "¿De Verdad?" pregunté. Él asintió y no pude evitar llorar. Empecé a imaginar que finalmente tendría un grupo sólido de amigos. Como nos mudamos con tanta frecuencia, nunca me molesté en hacer amigos, de esa manera no me lastimaría cuando finalmente nos fuéramos, pero ahora era diferente.

Nos detuvimos en un pequeño hotel junto a la autopista unas horas más tarde. Este viaje iba a tomar alrededor de cuatro días. Mi madre y yo decidimos conducir hasta el pueblo más cercano y comer algo mientras papá se quedaba y se duchaba. Mientras estábamos de compras en el supermercado local, mi teléfono sonó. Pensé que era mi papá, pero era un mensaje en las redes sociales. Lo abrí y descubrí que era de un chico que de por si se veía atractivo.
Dijo que siempre me veía comer sola en mi vieja escuela y que quería hablar conmigo, pero que de repente desaparecí así que nunca tuvo la oportunidad. Le hice un montón de preguntas para asegurarme de que era real. Incluso le pedí que me enviara una foto de nuestro anuario escolar. Nunca lo había visto antes, pero me quedé sola, así que tal vez nunca lo vi entre la multitud de personas que evitaba.
Mi madre me dijo que me apurara con el carrito de compras, así que metí mi teléfono en mi bolsillo y me apresuré hacia ella.

Mi papá se fue a la cama antes que mi madre y yo esa noche, porque estaba cansado de conducir. Mi mamá se quedó despierta viendo una película en su computadora portátil, y yo me quedé hablando con Max, el chico que me envió un mensaje de texto. Hablamos sobre por qué me mudaba tanto, sobre la escuela y los maestros que odiamos. Fue muy divertido, y aunque nuestras conversaciones fueron simplemente amigables, me gustaba pensar que entre todo lo que dijo, hubo con algún coqueteo. Hablé con Max siempre que pude durante el viaje. Se sentía un poco raro, pero estaba enamorada de él. Sentí que podía decirle cualquier cosa, realmente, y él hizo que haber dejado nuestro último hogar fuera aún más triste.

Mi primer día de escuela en la nueva escuela fue realmente aterrador. La escuela era dos veces más grande que la anterior, que ya era enorme. Sentía que me perdía, pero luego recordé que podía hacer conexiones con la gente ahora, porque iba a terminar la escuela secundaria allí en dos años, ¡mucho tiempo para hacer muchos amigos! Le pregunté a una chica que parecía de mi edad por direcciones y me diriji a mi primer clase. Hablé con mucha gente durante y entre clases. Estaban emocionados de que hubiera una chica nueva, y yo estaba emocionado de conocerlos a todos. No podía dejar de sonreír todo el día, porque finalmente no estaba sola.
Durante el almuerzo, me senté en una mesa en la cafetería y la gente se sentó a mi alrededor, preguntándome sobre mí y presentándome. La chica a la que le había pedido direcciones antes se sentó a mi lado y me preguntó
"¿Tienes novio?". Realmente no sabía qué decir, porque quería que pensaran que era genial, pero no quería mentirles. Finalmente mentí y dije que Max era mi novio, pero que vivía lejos. Les mostré fotos de él y todo, y me di cuenta de que estaban impresionados, pero me sentí un poco culpable mintiendo así.

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