El milagro de la vida: Vivir la vida como un milagro

Este ha sido un año que nos ha tomado por sorpresa. Dentro de este contexto hemos visto la realidad de la enfermedad, de la soledad, de las tensiones en las familias e incluso de la muerte.

En optometría, la visión 2020 es una visión precisa, exacta en su medida. Este año, ha sido un año para re-descubrir cómo con una lente de aumento, las cosas realmente valiosas.

El 2020 no nos puede dejar solo recuerdos. Ha de ser el descubrimiento de que estar vivo es un privilegio, de que la vida es un milagro.

Pero ¿Qué es un milagro? Lo entendemos como algo extraordinario. Pretender negar los milagros es disminuir a Dios.

¿Hay algo difícil para Dios? Dios no conoce la diferencia entre lo común y lo extraordinario. El océano tiene una superficie y una profundidad; el milagro también. La superficie del milagro es lo extraordinario: quedarse en la solución de un problema.

Cuándo Jesús hace milagros ¿Qué le dice a la gente? “No se lo cuentes a nadie”. Los manda a retiro espiritual. ¿Por qué? Jesús quiere que profundicemos en el milagro porque el milagro es revelación.

Existen varios peligros de quedarse sólo en la superficie.

Exigir maravillas a Dios para creer.

Necesidad de sentir cosas extraordinarias para saber que Dios está presente.

Medir a Dios por lo extraordinario. Cuando “Dios no arregla el problema” la persona se aparta de Dios.

Perseguir lo maravilloso en todas partes y volvernos cazadores de apariciones, de rarezas.

Dichoso aquel que descubre a Dios en lo ordinario de la vida. La revelación de Dios no está amarrada a lo extraordinario.

Dios no quiere que seamos nadadores de superficie sino buzos de su amor, buzos de su providencia. Buzos en ese mar de la revelación divina.

En un milagro ¿Qué es lo que sucede aparte de que sea algo extraordinario? Dios en sus obras se manifiesta. Por las obras de Dios podemos remontarnos al creador.

¿Cuáles son las huellas de Dios en sus obras cotidianas? Dios revela su poder, revela su sabiduría, revela su misericordia.

¿Qué es lo que producen estas revelaciones de Dios en el corazón humano? El poder: asombro. La sabiduría: luz. La misericordia: libertad y amor

*El poder de Dios que se revela en los milagros:

El maravillarse se queda solamente en el “qué extraño eso”. El asombrarse dilata la mente y el corazón. El asombro te obliga a preguntarte porque agranda tu mente.

El verdadero asombro no depende de que las cosas sean extraordinarias. Si queremos vivir el milagro de la vida debemos cultivar el asombro. Salir de la queja para entrar en el asombro, que es entrar en el agradecimiento.

* Dios revela sabiduría en sus milagros.

Los milagros de Jesús tenían una razón de ser. Es como si Dios le dijera al ciego de nacimiento: “Voy a dejarte ver con los ojos del cuerpo para que viéndome creas en mí que soy la verdadera luz”.

Cada milagro tiene un plan. Dios no está solamente arreglando un problema, te está poniendo en una nueva ruta, una ruta que es única. Después del milagro manda a retiro para que la persona descubra la sabiduría, el nuevo camino.

¿Y esto solo sucede con las cosas extraordinarias? Hay que tener oído sensible a la voz del Pastor. Cuando uno se vuelve sensible a la voz de Dios, la vida se vuelve milagro. Aprendes a ver a Dios en todo, ya sea común o extraordinario.

* Dios revela su misericordia en los milagros.

Cuando uno menos tiene es cuando más necesita y cuando uno más necesita es cuando más agradece. Por eso hay experiencias tan profundas de amor en torno a los milagros.

Estas experiencias de amor traen libertad. Cuando nos sentimos amados, nos sentimos libres. Esta libertad es percibida por los otros pues la vida y la palabra no están sujetas a la opresión que produce el temor. El amor echa fuera el temor.

¿Tienes que esperar hasta el próximo milagro para sentir esa libertad? Para ser libres, nos liberó Cristo. La libertad surge ante la experiencia de sentirnos profundamente amados. Si te sientes amado, si te sientes amada todos los días te sientes libre.

¿A dónde nos quiere llevar con todo esto? A una nueva vida. El Señor de los milagros nos espera. Estas enseñanzas no se limitan únicamente a lo extraordinario.

Vive el milagro de cada día. Dios te da una nueva vida y nadie te la puede quitar, ni siquiera la muerte. Si tú estás viviendo esta nueva vida, la muerte es la puerta al banquete eterno.

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