Francis Bacon |Filosofía de la ciencia y empirismo

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Francis Bacon nació en Londres en 1561. Su padre, Sir Nicholas Bacon, fue un alto funcionario del gobierno de la Reina Isabel I, concretamente desempeñó el cargo de Lord guardián del Gran Sello. Su madre, Anna Cooke Bacon, destacó como una de las mujeres más cultas de su siglo. Esta lo instruyó desde pequeño en la doctrina calvinista.

Durante sus primeros años su educación estuvo a cargo de sus padres, quienes seguramente asignaron al pequeño preceptores de prestigio, hasta que cumplió los 13 años e ingresó en el famoso Trinity College de Cambridge, en el que pasaría los siguientes tres años.

Con 16 años, desencantado con el sistema de educativo, abandona prematuramente Cambridge para conocer los entresijos de la carrera política como agregado al séquito del embajador de Inglaterra en Francia.

Allí enriqueció ampliamente su cultura y conoció de primera mano los asuntos del poder político. Viajó constantemente por todo el territorio francés, sobre todo a París, pero parece que su residencia se fijó en Poitiers, donde estudiará también Descartes años más tarde.

La muerte de su padre en 1579 provoca el regreso de Bacon a Francia para hacerse cargo de los negocios familiares. A la par, vuelve de nuevo a los estudios para terminar sus carrera en leyes.

Su carrera política comienza de verdad a los 24 años, cuando es elegido representante de la Cámara de los Comunes, aunque el éxito le tardó en llegar. Perteneció al famoso círculo del Conde de Essex (ɛsɪks), que a pesar de ser uno de los favoritos de la reina terminará siendo ejecutado en 1601.

La suerte política cambiará con la muerte de la reina Isabel y la subida al trono de Jacobo I, con quien obtendrá títulos nobiliarios y cargos políticos como Lord guardián del sello o Lord Canciller, siendo uno de los hombres más poderosos del país. Pero en 1621 fue acusado de aceptar sobornos, por lo que fue encarcelado y apartado de todo cargo político. El rey lo absolvió de su pena y de una gran multa, pero su carrera política llegó a su fin. Murió 5 años después, en 1626 en Middlesex.

A Bacon lo podemos definir como un filósofo de la ciencia, un hombre que trata de crear un método de estudio y una técnica que otorgue al hombre el control del mundo natural. Para este filósofo la felicidad y el aumento en la calidad de vida van unidos al avance científico.

En su obra la Nueva Atlántida, que sigue los modelos tradicionales filosóficos de sociedades ideales o utopías, Bacon nos presenta una ciudad modelo a la que llama Bensalem. Allí lo importante no es tanto lo moral, como en Platón o Tomás Moro, sino la propia ciencia y el conocimiento. Es una ciudad de científicos, un laboratorio gigante de ciencia experimental en el que sus ciudadanos se vuelcan en el progreso de la técnica y la cultura. En este aspecto el pensamiento baconiano pronostica el futuro de las sociedades actuales.

La principal aportación de Bacon es su método inductivo para el análisis científico. Bacon criticó a Aristóteles porque los métodos del griego no ayudaban al progreso, como expone en su obra fundamental Novum Organum. La lógica aristotélica, dirá, sólo tiene valor en las disputas y en la oratoria, está alejada de la realidad útil. Pero Bacon no consigue romper del todo con aristóteles, digamos que es un reformador del estagirita.

El inglés se centra en atacar los silogismos que no aportan nada al conocimiento, pues se quedan en pura forma y en identificar cuáles son los errores o prejuicios que se deben combatir, es decir, los obstáculos que ha de vencer la verdadera ciencia para alcanzar el progreso, a los que clasifica en 4 tipos, a los que llama ídolos.

En primer lugar están los ídolos de la tribu que surgen surgen por nuestros sentidos y razón al tratar de acomodar la realidad a nuestro entendimiento. Digamos que son algo así como debilidades del propio género humano.

Luego están los ídolos de la caverna, que son los errores personales que cada uno tiene por su origen, formación, personalidad, etc…
En tercer lugar se hallan los ídolos del foro, que emanan del carácter social del ser humano. Estos son producidos por el lenguaje, porque hay una dependencia de él.
En cuarto lugar están los ídolos del teatro, que se corresponden con los errores provenientes de ideologías previas y sistemas filosóficos de la tradición.

Pero, ¿en qué consiste el método inductivo de Francis Bacon?
Bacon parte de que todo lo que debemos conocer tiene que ser a través de los sentidos, con la experiencia, de ahí que sea para muchos el gran padre del empirismo moderno. Pero Bacon no rechaza la razón, como muchas veces se dice por oposición al empirismo, sino que esta es fundamental también para alcanzar la verdad y obtener el progreso de la ciencia.

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