Encuentro para profesionales, «La inteligencia artificial y la industria cultural» (II)
Si ha habido una noticia dominante en el sector cultural de los últimos años ha sido el protagonismo de la «inteligencia artificial», que comenzó con la apertura a la experimentación pública de ChatGPT.
Aunque el término proviene de los años 50 del siglo pasado, y a lo largo de las décadas se ha aplicado la etiqueta a muy diversos productos, la inteligencia artificial parece haber alcanzado un grado de desarrollo que permitirá su aprovechamiento por muy distintos agentes del sector de la cultura. Sin embargo, al mismo tiempo, un tratamiento sensacionalista por parte de los medios ha desdibujado las posibilidades y problemas reales de esta tecnología.
Las aplicaciones que van apareciendo en este terreno plantean cuestiones éticas e incluso legales de gran importancia. Los programas que generan obras lo hacen a partir del procesamiento de ingentes cantidades de otras preexistentes, que pueden estar sujetas a copyright. Los procedimientos generativos tienen la posibilidad real de presentar sesgos y errores en sus resultados. Cuando se hace intervenir algoritmos de aprendizaje automático en procesos sociales (como la asignación de ayudas a la población), esos sesgos pueden ser muy nocivos.
De todos los terrenos en los que la IA puede ser de aplicación, en el presente encuentro nos centraremos sobre todo en el aprendizaje automático y en los algoritmos generadores de textos, que se utilizan para la producción completa o parcial de obras. En el flujo de trabajo de una editorial, en la redacción de un diario, en la preparación didáctica, en la traducción los programas generadores pueden resultar de ayuda, aunque está claro que bajo estrecha supervisión. Además, la IA puede ser una útil herramienta de investigación en estudios lingüísticos o filológicos.
Pero al mismo tiempo la opacidad de los procedimientos de generación y la impredecibilidad de sus respuestas pueden enturbiar la relación de los procedimientos de IA con sus usuarios. Por último, la frecuente atribución de consciencia e intenciones a los programas oscurece sus auténticas capacidades, mientras que magnifica el poder de la tecnología.
· Dirige: José Antonio Millán.
· Colaboran: Ministerio de Educación y Formación Profesional, Ministerio de Cultura y Deportes y Residencia de Estudiantes.
Видео Encuentro para profesionales, «La inteligencia artificial y la industria cultural» (II) канала Institución Libre de Enseñanza
Aunque el término proviene de los años 50 del siglo pasado, y a lo largo de las décadas se ha aplicado la etiqueta a muy diversos productos, la inteligencia artificial parece haber alcanzado un grado de desarrollo que permitirá su aprovechamiento por muy distintos agentes del sector de la cultura. Sin embargo, al mismo tiempo, un tratamiento sensacionalista por parte de los medios ha desdibujado las posibilidades y problemas reales de esta tecnología.
Las aplicaciones que van apareciendo en este terreno plantean cuestiones éticas e incluso legales de gran importancia. Los programas que generan obras lo hacen a partir del procesamiento de ingentes cantidades de otras preexistentes, que pueden estar sujetas a copyright. Los procedimientos generativos tienen la posibilidad real de presentar sesgos y errores en sus resultados. Cuando se hace intervenir algoritmos de aprendizaje automático en procesos sociales (como la asignación de ayudas a la población), esos sesgos pueden ser muy nocivos.
De todos los terrenos en los que la IA puede ser de aplicación, en el presente encuentro nos centraremos sobre todo en el aprendizaje automático y en los algoritmos generadores de textos, que se utilizan para la producción completa o parcial de obras. En el flujo de trabajo de una editorial, en la redacción de un diario, en la preparación didáctica, en la traducción los programas generadores pueden resultar de ayuda, aunque está claro que bajo estrecha supervisión. Además, la IA puede ser una útil herramienta de investigación en estudios lingüísticos o filológicos.
Pero al mismo tiempo la opacidad de los procedimientos de generación y la impredecibilidad de sus respuestas pueden enturbiar la relación de los procedimientos de IA con sus usuarios. Por último, la frecuente atribución de consciencia e intenciones a los programas oscurece sus auténticas capacidades, mientras que magnifica el poder de la tecnología.
· Dirige: José Antonio Millán.
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