Evolucionismo Social

La teoría de la evolución ocupa el lugar central de toda disciplina que tiene por temas al hombre, la sociedad y la naturaleza.
El concepto de evolución social es uno de los más importantes en ciencias sociales, ya que al tiempo que se se usó para hacer referencias a los cambios sociales, también fue asociado con la idea de progreso, el cual fue interpretado, sobre todo por las clases sociales en ascenso, en el aumento de la riqueza de las naciones, que en aquella época se atribuía a los avances tecnológicos y científicos que se aplicaban a la industria.
Los defensores del evolucionismo, creían que la evolución conduciría al bienestar general de la humanidad y pensaron que dicho progreso era inevitable y benéfico para toda la humanidad.
El pensamiento evolucionista lleva implícita la idea de que existía un orden indudable en los procesos históricos y cierta regularidad en las transformaciones generales de la sociedad. Es decir como algo que debía ser planteado en términos de causas y efectos.
No obstante, los grupos sociales que se sentían autores de los mayores avances y, en consecuencia, actores privilegiados en la marcha del progreso, reclamaron su derecho a gobernar y retomaron el principio de supervivencia del más apto.
Así, las innovaciones tecnológicas aumentaron la capacidad de producción, pero también la explotación humana y la discriminación. Aumentando la miseria y el sufrimiento de los trabajadores, por lo que algunos ilustrados entre ellos el Marqués de Condorcet, no tardaron en introducir el concepto de revolución en la teoría evolucionista, o sea el uso inevitable de la violencia en el proceso de la evolución social y búsqueda del progreso.
Lo anterior mostraba que algo había salido mal, poniendo en entredicho la benevolencia del cambio impulsado por la Ilustración, basado en la idea del progreso.
En consecuencia los estudiosos sociológicos se inclinaron por estudiar todo aquello que generaba el desorden social, de tal forma que el Conde de Saint Simón (1760-1825) entre otros, intentó explicar el sentido de los cambios sociales que se presentaban, tratando de identificar a qué factores respondían con la intención de controlarlos y orientarlos.
Así, poco a poco se dio paso a la búsqueda de explicaciones científicas, las cuales consideraban que la humanidad era la única responsable de las transformaciones sociales.
No obstante, durante mucho tiempo, los especialistas estuvieron obsesionados con la idea de que las sociedades se dirigían hacia el progreso, por el que el cambio obedecía a una causa determinante, y a partir de la cual era posible construir modelos de explicación generalmente lineales y secuenciales.
Desde luego que en la actualidad la visión lineal y evolutiva en un solo sentido ha quedado rebasada; es muy difícil sostener la idea de que los cambios sociales que se presentan sigan un curso necesario y tengan como fin un punto obligado.

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