Cristo ante nuestras limitaciones, 1a parte [Revitalización 07 de 12]

El camino de la revitalización, el dar nueva vida, hace parte de la naturaleza humana y de la iglesia, es un continuo volver a la fuente, para dar una respuesta que al mismo tiempo es fiel y es nueva, se alimentan mutuamente, de esta manera ha sido la historia de la iglesia.

Los seres humanos, así como tienen en su naturaleza la capacidad de entusiasmo, así mismo tienen la capacidad de desánimo, por eso no es extraño que las comunidades que han empezado con un impulso y con un deseo de renovación se encuentren al cabo de un tiempo con el desánimo. El primer llamado que se tiene es a la serenidad, donde se reconoce la realidad profundamente humana.

Cristo ante nuestras limitaciones

Jesús como dice Calcedonia es verdadero hombre y verdadero Dios, quiere decir experimento la condición humana, su corazón no es ajeno a lo que conoció y vivió, por eso es importante ver la respuesta del Señor Jesús frente a todas esas realidades humanas, hay que hacerse estás preguntas ¿Cómo trataba Cristo a una persona desanimada o a una persona indignada? Respuestas en la lectura orante del evangelio.
El Escepticismo

La persona escéptica es la persona difícil de convencer, es la persona que toma distancia, que mira desde su postura crítica, no se entusiasma fácilmente, quiere tener control de la situación.

En el evangelio de Juan encontramos dos ejemplos, al final del capítulo primero se encuentra el hombre llamado Natanael, él era un escéptico, como se hace notar en su diálogo con Felipe, el que desconfía y el entusiasmado, Natanael un maestro, por las costumbres de la época tenía una larga preparación, no debía tener menos de 40 años de edad en ese momento, la edad esperada para poder enseñar a otros. Felipe le dice: -hemos encontrado al mesías es Jesús de Nazaret, respuesta de Natanael: - ¿de Nazaret puede salir algo bueno? Una respuesta escéptica. Otro apóstol en esas condiciones fue Tomás: -Si yo no veo, yo no creo.

La actitud de Cristo en ambos casos es sorprendente, frente a Natanael, en primer lugar hace un elogio, “ahí tenéis a un israelita en el que no cabe engaño”, es decir para Cristo no es un problema que sea escéptico, en la medida en que él esté buscando la verdad, Cristo es aliado de los descontentos, porque es imposible avanzar en la vida cristiana si no se tiene un grado de insatisfacción. A Tomás Jesús le dice: -aquí están mis manos, aquí está mi costado, y aunque lo corrige blandamente, no seas incrédulo, la actitud de Cristo es acoger al escéptico y ofrecer la verdad.

La Desorientación

La desorientación puede darse porque no se sabe lo que hay que hacer o a donde dirigirse, la época actual es particularmente compleja, porque hay multitud opiniones, y es fácil llegar a la desorientación, en tiempos de Cristo también había multitud de diagnósticos, por ejemplo, los fariseos, en la parte de la alianza que les correspondía, por eso si ellos cumplían la ley, Dios debía cumplir su parte del trato, devolviéndoles su bendición. Otra postura era la de los escribas se basaban en el estudio de la ley, los celotas, se organizaban y por las armas, los sumos sacerdotes a mantener el orden y el pueblo estaba desorientado.

La actitud de Cristo frente a los desorientados, es la compasión, “estaban como ovejas sin pastor” dice el evangelio. Revisando el grupo de los apóstoles, Cristo escogió entre ellos gente de todas estas teorías, Natanael era escriba, Pedro pescador, personas de extrema derecha, los colaboracionistas con el imperio romano, Mateo, Judas Iscariote era de extrema izquierda, nombres griegos, como Andrés y Felipe, es decir ellos eran de tendencia extranjera, entre otros, Jesús escogió sus apóstoles de un modo que en sí mismo encierra un mensaje, y a esos apóstoles los enseña, derrocha sobre ellos su compasión, buscando que salgan de su desorientación a través de una escuela de amor y de servicio.
Las aspiraciones demasiado humanas

Las aspiraciones demasiado humanas, un ejemplo que encontramos en el evangelio es el pasaje de aquellos dos hermanos, Santiago y Juan, donde su madre le pide a Jesús que les conceda un lugar determinado en su reino. En la medida en que las aspiraciones espirituales van disminuyendo otras motivaciones de tipo humano, van en aumento.
¿cuál es la reacción de Cristo ante las aspiraciones demasiado humanas? es una combinación entre mansedumbre y desafío, les dice: - ¿son capaces de beber el cáliz que yo he de beber?, allí hay una dimensión de desafío, si se quiere algo grande hay que estar dispuestos a dar algo grande, pero luego les dice: -lo que ustedes quieren, eso no me corresponde a mí, haciendo así una especie de purificación de la intención, Cristo lo que hace es levantar y purificar.

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