Fecundidad: Dios quiere que nuestra vida tenga fruto abundante

Una reflexión a partir del capítulo 15 de San Juan.

* La vid, que es Cristo, nos va a dar su "vino", su Sangre en el sacrificio de la Cruz.

* Repasamos primero las perspectivas básicas de cada uno de los cuatro evangelios.

* En concreto, el Evangelio de Juan nos acerca al "misterio" de Cristo, a través de sus "signos" (semeia). Las palabras, en este Evangelio, tienen una estructura como de escalera de espiral ascendente.

* ¿Por qué Cristo hizo milagros? Claramente no son soluciones definitivas de ningún problema humano; son más bien "signos" que nos muestran quién es Cristo. Así hizo San Juan, y por eso vio en Cristo el gran Revelador: quién es Dios.

* La gran Revelación del misterio de Cristo se da en la "hora" de Cristo, a la que Juan dedica prácticamente la mitad de su Evangelio: es la cena, la pasión y la Pascua. Es ahí donde y cuando Cristo da su vida para que tengamos vida, vida verdadera, no simplemente aplazamiento de la muerte.

* Cristo no solucionó los problemas "en" la vida sino el problema "de" la vida que es: no limitarse a aplazar o alejar la muerte sino VENCERLA.

* Cristo quiere redefinir tu diccionario: que "éxito", "descanso" o "amor" pasen a significar aquello que permanece porque va más allá de la volubilidad del mundo.

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