La Princesa Heredera Victoria De Suecia Y Su Magnífica Transformación

Enfrentarse a dificultades de aprendizaje, al acoso escolar y a un trastorno alimenticio no es la típica vida de la realeza. Así fue como la Princesa Heredera Victoria de Suecia consiguió ser feliz para siempre.

Cuando Victoria, cuyo nombre completo es Victoria Ingrid Alice Désirée, tenía dos años, el Parlamento sueco modificó el Acta de Sucesión de Suecia. Esto significaba
que el hijo mayor del soberano, independientemente de su sexo, heredaría el trono. En 1980, la reforma constitucional entró en vigor, y Victoria, la primogénita del Rey Carlos Gustavo y la Reina Silvia, pasó a llamarse Princesa Heredera Victoria. Esto significó que su hermano, el Príncipe Carlos Felipe, quedó por detrás de ella (y de sus hijos).

En otras palabras, Victoria será la cuarta mujer monarca de Suecia, y la primera desde 1720. En Suecia el monarca actúa como jefe de Estado, un símbolo nacional de orgullo y unidad, y no como responsable político. La realeza sueca tiene una importante responsabilidad, ya que representa a su país en la escena mundial, un hecho que se hizo evidente cuando la joven Victoria empezó a prepararse para su papel de futura reina desde una edad temprana.

Desde pequeña, Victoria tenía dificultades para leer y escribir. Pronto, su familia descubrió el motivo: dislexia. Desgraciadamente, al igual que muchos niños con problemas de aprendizaje, Victoria sufrió acoso en la escuela, y aunque trabajó incansablemente con tutores para superar su dislexia, siguió teniendo problemas. En el 2002, Victoria intervino en una conferencia sobre el acoso escolar en la Universidad de Orebro, en Suecia. Los niños, explicó, se burlaban de ella cuando leía en voz alta y se tropezaba con las palabras. Como dijo a BBC:

"Solía pensar que era estúpida y lenta [...] Para mí la escuela era divertida, pero también era muy exigente. Cuando uno tiene dificultades de lectura y escritura, puede ser duro..."

También dijo que no tiene problemas para hablar abiertamente de su problema de aprendizaje, pero también es consciente de que, como futura reina, recibió más apoyo que la mayoría.

Además de la dislexia, Victoria tiene otro trastorno del desarrollo que tuvo que aprender a gestionar: la prosopagnosia, también conocida como "ceguera facial", que es la incapacidad de reconocer caras. Esto incluye caras familiares o, en algunos casos, incluso la propia. Según Time, este trastorno neurológico es raro: aproximadamente el dos por ciento de la población lo padece, y recientemente Brad Pitt reveló que él también lo sufre.

Es ciertamente difícil imaginar que una princesa (una persona que se relaciona e interactúa con los demás regularmente) no sea capaz de reconocer las caras. En el 2008, Victoria reveló su diagnóstico al público. Hablando de su enfermedad a una revista sueca, dijo:

"Me resulta muy difícil recordar nombres y caras, y eso es un gran inconveniente [...] porque obviamente me encuentro con... mucha gente".

La palabra "princesa" nos trae a la mente algo entre un cuento de hadas de Disney y la familia real británica: una mujer adorada por su pueblo, que luce vestidos deslumbrantes y tiaras enjoyadas, que vive en castillos y tiene un itinerario ajetreado, de jet-set y viajes por el mundo. Sí, la vida de una princesa puede parecer lujosa y emocionante, pero es importante recordar que hasta las princesas son humanas.

Aunque es claro que Victoria disfruta siendo princesa, no siempre es fácil. Aunque la vida de una princesa puede parecer perfecta, la presión de seguir las tradiciones y enfrentarse al escrutinio público puede ser dura. Y a veces, esta presión sobre las apariencias pueden incluso provocar graves problemas psicológicos, como la anorexia.

En 1996, tras graduarse en la escuela secundaria, Victoria estudió francés en la Universidad Université Catholique de l'Ouest en Angers, Francia, con planes de estudiar en la Universidad sueca de Uppsala al año siguiente. Pero, cuando los medios publicaron fotos en las que se veía delgada y frágil, el escrutinio se intensificó. Esto llevó a la Corte Real a revelar que Victoria desarrolló un trastorno alimenticio. En 1998 se trasladó a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de Yale mientras recibía tratamiento. Evidentemente, la presión de convertirse en reina fue demasiado. En el 2002, Victoria se sinceró en una entrevista con The Art Of Living:

"Sentía que todo lo que me rodeaba estaba controlado por otros. Lo único que podía controlar era... la comida".

Nacida para ser reina | 0:00
Acoso escolar y dislexia | 1:24
Ceguera facial | 2:25
Su diagnóstico de la anorexia | 3:31
Es bueno ser reina | 5:15
Tradición vs. amor verdadero | 6:50
Los trabajos de caridad | 8:36
La madrina de Europa | 9:29
Obras benéficas | 10:23
Ícono de moda | 12:04
Mujer del año | 13:11

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