Planetas descubiertos en una nebulosa #jwst #planeta #nebulosas #astronomia #astrologia #nasa #esa
El Telescopio Espacial James Webb (JWST) ha revolucionado nuestra comprensión del universo con su último descubrimiento: seis planetas errantes que vagan libremente en la Nube Molecular de Perseo. Estos objetos, con una masa entre cinco y diez veces la de Júpiter, no orbitan estrellas, lo que sugiere que se formaron como estrellas a partir de gas interestelar. Este hallazgo desafía los modelos tradicionales de formación planetaria y proporciona nuevas pistas sobre cómo se crean estos cuerpos celestes.
Uno de estos planetas errantes incluso presenta un disco de gas y polvo a su alrededor, lo que indica que podría estar formando lunas o pequeños "miniplanetas". Este detalle enriquece la discusión sobre la formación de sistemas planetarios y abre nuevas preguntas sobre las similitudes entre la creación de planetas y estrellas. ¿Hasta dónde se solapan estos procesos?
Este descubrimiento no es aislado. En 2023, el JWST ya había identificado unos 40 pares de planetas gigantes flotando libremente en la nebulosa de Orión. Sin embargo, los seis objetos encontrados en NGC 1333, a unos 960 años luz de la Tierra, son particularmente importantes para los estudios de formación planetaria. A diferencia de estos planetas errantes gigantes, no se encontraron planetas más pequeños (de menos de cinco veces la masa de Júpiter) en NGC 1333, lo que proporciona información crucial para los modelos de cómo los planetas y otros cuerpos celestes se forman en diferentes escalas.
Los planetas errantes podrían formarse de dos maneras: a través de un proceso ascendente, similar a como los planetas de nuestro sistema solar nacieron de discos protoplanetarios de gas y polvo, o mediante un proceso descendente, colapsando directamente de una nube de gas y polvo, como lo hacen las estrellas. El hecho de que no se encontraran planetas de menos de cinco veces la masa de Júpiter refuerza la teoría de que los planetas más grandes pueden formarse a partir de este segundo proceso, pero podría haber muchos planetas rocosos del tamaño de la Tierra que son demasiado pequeños para ser detectados por el JWST.
Este hallazgo difumina la línea entre lo que se considera un planeta y una estrella. Para ser clasificado como estrella, un objeto debe tener la masa suficiente para iniciar reacciones de fusión nuclear, lo que ocurre con objetos que tienen al menos el 9% de la masa del Sol (aproximadamente 93 veces la masa de Júpiter). Entre los planetas gigantes y las estrellas se encuentran las enanas marrones, que pueden alcanzar hasta 13 veces la masa de Júpiter y, en algunos casos, fusionar deuterio. Sin embargo, los planetas errantes descubiertos por el JWST no orbitan estrellas, lo que sugiere que se formaron de manera similar a las enanas marrones y las estrellas, lo que cuestiona las clasificaciones tradicionales.
Además, uno de estos planetas errantes está rodeado por un disco protoplanetario, lo que añade una nueva capa de complejidad. Si este disco forma lunas o "miniplanetas", los astrónomos tendrán que reconsiderar cómo clasificar estos cuerpos. A lo largo de la historia de la astronomía, la clasificación de planetas, enanas marrones y estrellas ha sido un desafío, y los hallazgos recientes del JWST lo hacen aún más intrigante.
El descubrimiento de una enana marrón con un planeta en órbita en NGC 1333 añade otro elemento sorprendente. Los científicos creen que este sistema se formó como un par binario, a partir de una nube de gas que se fragmentó al colapsar. Este fenómeno, si bien no es desconocido, sigue siendo poco común, y la identificación de tales sistemas nos empuja a revisar nuestros modelos sobre la formación de estrellas y planetas.
Este avance es parte de una serie de hallazgos recientes del Telescopio James Webb, que sigue siendo una de las herramientas más poderosas para la observación astronómica. Los astrónomos están planificando observaciones adicionales de estos planetas errantes para estudiar más de cerca sus atmósferas, con el objetivo de comprender su composición y compararlas con las enanas marrones y estrellas. Este seguimiento proporcionará datos cruciales sobre las similitudes y diferencias entre estos cuerpos celestes, lo que a su vez arrojará luz sobre los procesos de formación de objetos astronómicos en todo el universo.
Conclusión: El Telescopio Espacial James Webb continúa expandiendo nuestras fronteras de conocimiento al descubrir planetas errantes que no solo desafían las definiciones tradicionales, sino que también ofrecen nuevas perspectivas sobre cómo se forman los cuerpos celestes. Estos seis planetas gigantes, que se formaron como estrellas, representan un avance en la comprensión de los límites de los procesos de formación estelar. El futuro estudio de sus atmósferas y características promete nuevas sorpresas y una mejor comprensión del vasto y misterioso universo en el que habitamos.
Видео Planetas descubiertos en una nebulosa #jwst #planeta #nebulosas #astronomia #astrologia #nasa #esa канала Astronomía en Español
Uno de estos planetas errantes incluso presenta un disco de gas y polvo a su alrededor, lo que indica que podría estar formando lunas o pequeños "miniplanetas". Este detalle enriquece la discusión sobre la formación de sistemas planetarios y abre nuevas preguntas sobre las similitudes entre la creación de planetas y estrellas. ¿Hasta dónde se solapan estos procesos?
Este descubrimiento no es aislado. En 2023, el JWST ya había identificado unos 40 pares de planetas gigantes flotando libremente en la nebulosa de Orión. Sin embargo, los seis objetos encontrados en NGC 1333, a unos 960 años luz de la Tierra, son particularmente importantes para los estudios de formación planetaria. A diferencia de estos planetas errantes gigantes, no se encontraron planetas más pequeños (de menos de cinco veces la masa de Júpiter) en NGC 1333, lo que proporciona información crucial para los modelos de cómo los planetas y otros cuerpos celestes se forman en diferentes escalas.
Los planetas errantes podrían formarse de dos maneras: a través de un proceso ascendente, similar a como los planetas de nuestro sistema solar nacieron de discos protoplanetarios de gas y polvo, o mediante un proceso descendente, colapsando directamente de una nube de gas y polvo, como lo hacen las estrellas. El hecho de que no se encontraran planetas de menos de cinco veces la masa de Júpiter refuerza la teoría de que los planetas más grandes pueden formarse a partir de este segundo proceso, pero podría haber muchos planetas rocosos del tamaño de la Tierra que son demasiado pequeños para ser detectados por el JWST.
Este hallazgo difumina la línea entre lo que se considera un planeta y una estrella. Para ser clasificado como estrella, un objeto debe tener la masa suficiente para iniciar reacciones de fusión nuclear, lo que ocurre con objetos que tienen al menos el 9% de la masa del Sol (aproximadamente 93 veces la masa de Júpiter). Entre los planetas gigantes y las estrellas se encuentran las enanas marrones, que pueden alcanzar hasta 13 veces la masa de Júpiter y, en algunos casos, fusionar deuterio. Sin embargo, los planetas errantes descubiertos por el JWST no orbitan estrellas, lo que sugiere que se formaron de manera similar a las enanas marrones y las estrellas, lo que cuestiona las clasificaciones tradicionales.
Además, uno de estos planetas errantes está rodeado por un disco protoplanetario, lo que añade una nueva capa de complejidad. Si este disco forma lunas o "miniplanetas", los astrónomos tendrán que reconsiderar cómo clasificar estos cuerpos. A lo largo de la historia de la astronomía, la clasificación de planetas, enanas marrones y estrellas ha sido un desafío, y los hallazgos recientes del JWST lo hacen aún más intrigante.
El descubrimiento de una enana marrón con un planeta en órbita en NGC 1333 añade otro elemento sorprendente. Los científicos creen que este sistema se formó como un par binario, a partir de una nube de gas que se fragmentó al colapsar. Este fenómeno, si bien no es desconocido, sigue siendo poco común, y la identificación de tales sistemas nos empuja a revisar nuestros modelos sobre la formación de estrellas y planetas.
Este avance es parte de una serie de hallazgos recientes del Telescopio James Webb, que sigue siendo una de las herramientas más poderosas para la observación astronómica. Los astrónomos están planificando observaciones adicionales de estos planetas errantes para estudiar más de cerca sus atmósferas, con el objetivo de comprender su composición y compararlas con las enanas marrones y estrellas. Este seguimiento proporcionará datos cruciales sobre las similitudes y diferencias entre estos cuerpos celestes, lo que a su vez arrojará luz sobre los procesos de formación de objetos astronómicos en todo el universo.
Conclusión: El Telescopio Espacial James Webb continúa expandiendo nuestras fronteras de conocimiento al descubrir planetas errantes que no solo desafían las definiciones tradicionales, sino que también ofrecen nuevas perspectivas sobre cómo se forman los cuerpos celestes. Estos seis planetas gigantes, que se formaron como estrellas, representan un avance en la comprensión de los límites de los procesos de formación estelar. El futuro estudio de sus atmósferas y características promete nuevas sorpresas y una mejor comprensión del vasto y misterioso universo en el que habitamos.
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9 сентября 2024 г. 9:00:40
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