Sura de María [Maryam]

La sura Maryam (revelada en la Meca), descendió después de la sura de Al-Fatir (El Originador), y en el Corán viene después de la sura de La Caverna. Consta de 98 aleyas.

La pompa y el glamour de la vida.

Todo el mundo quiere tener hijos, así que cuando Al˖lâh se los concede, su principal preocupación estriba en garantizar sus necesidades. Cuando uno es joven, sus preocupaciones son: tener hijos, educarles, alimentarles y asegurarles el acceso a la sanidad, mientras que en su vejez, se preocupa por lo que les dejará en herencia.

La cuestión de amar a los hijos es una tendencia innata que proviene de Al˖lâh. La sura Maryam no sólo enfatiza este hecho, sino que también pregunta a los padres: ¿Porqué queréis tener hijos? ¿Sólo para disfrutar de ellos? ¿Qué les quedará tras vuestra muerte? ¿Dinero y propiedades solamente?



Hacer que los hijos hereden la religión.

En la sura Maryam hay un motivo más elevado para tener hijos, y es conservar la religión haciendo que quede como herencia para las generaciones venideras que la conservarán y se atendrán a sus preceptos. Éste es el mejor legado para un hijo, mucho mejor que los bienes materiales que, como la vida misma, están destinados a su desaparición. Es como si el musulmán pasa la antorcha de la religión a su hijo quien, a su vez, la da a su nieto, etcétera. No puede ser que a una generación religiosa le sucedan otras generaciones que no sepan nada de la religión, o la conozcan de modo superficial. Los pecados prevalecen en la sociedad si la educación es ajena a la religión. Lo único que se hereda entonces de padres a hijos es el dinero.

La idea central de la sura de Maryam es: los hijos y la herencia de la religión. Por eso, esta sura es una en las que con más frecuencia se repiten las palabras "hijos" y "herencia".

"Familias divinas".

La sura nos habla de personas que tuvieron hijos con la intención de confiarles la custodia de la religión. Encontramos en la sura a Zacarías (Zakariyya) y a su hijo Juan (Yahya), a María (Maryam) la hija de Imrán y a Jesús (Isa), su hijo, y luego a Abraham (Ibrahim), Ismael (Isma’il), Isaac (Isaac) y Jacob (Yaqub), la paz sea sobre ellos. Es como si la sura hablara a todos los padres y les preguntara: "¿Queréis educar a vuestros hijos de una manera que les lleva a conocer a Al˖lâh y seguir Su camino? ¿Queréis que vuestros hijos hereden la religión de Al˖lâh y educarles a la manera islámica?

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