➡️ Cómo limpiar la nevera, el frigorífico o el refrigerador a fondo. CONSEJOS Y TRUCOS | OCU 🧊

¿Alguna vez has limpiado a fondo el frigorífico? Si no recuerdas la última vez que lo hiciste es el momento de ponerse manos a la obra, sobre todo si no dispones de un aparato No Frost, que evita la formación de escarcha en las paredes del congelador. En primer lugar, vacíala y desenchúfala de la corriente. Es recomendable que tengas la cocina lo más despejada posible antes de empezar.

Una vez desenchufada, puedes empezar limpiando el serpentín trasero. Esta parte va acumulando polvo y suciedad y si se deja durante años repercutirá negativamente en el correcto funcionamiento del aparato. Si tienes un aspirador, tipo trineo o escoba, puedes aspirar el polvo con comodidad. Si no cuentas con un aspirador, utiliza un cepillo y retira la suciedad con cuidado.

Las gomas de la puerta del frigorífico y del congelador son otro punto de acumulación de porquería. Mantenerlas limpias evitará que se estropeen o se deterioren antes de tiempo. Su buena conservación implica un buen cierre estanco de los compartimentos y una mejor conservación de la temperatura interior. Usa un estropajo con un producto limpiador y frota bien, pero de manera cuidadosa. Si te resulta difícil llegar al interior de los pliegues de las gomas, puedes echar mano de un cepillo de dientes que te sobre y que luego puedas reutilizar para el mismo fin.

A la hora de escoger los productos para limpiar la nevera por dentro y por fuera, existen soluciones caseras a base de vinagre, bicarbonato o limón mezclados con agua. Sin embargo, nosotros hemos optado por un producto específico para neveras en el interior, que hemos comprado por menos de 2 euros, y un quitagrasas sencillo para el exterior. En este caso, porque el frigorífico se encuentra junto a la zona de cocinar y acumula bastante grasa.

Limpia las puertas exteriores de la nevera, los laterales y la parte superior. Luego retira todas las estanterías y accesorios interiores para fregarlos y poder llegar a todos los rincones. Si dispones de un lavavajillas grande, puedes utilizarlo para lavar algunas de estas piezas. En caso contrario, friégalas en la pila. Los accesorios más grandes, como los cajones para frutas y verduras, se pueden lavar con más comodidad en la bañera. También puedes hacer lo mismo con los cajones del congelador.

Frota bien todo el interior de la nevera con un estropajo. Luego, con una bayeta limpia para evitar malos olores, retira todos los restos de limpiador y de suciedad.

A la hora de limpiar el interior del congelador, coloca una toalla debajo o ten a mano la fregona y el cubo para recoger rápidamente el agua que pueda salir. También te vendrá bien una bayeta absorbente para retirar del suelo del congelador el agua de la escarcha derretida. Quizá queden trozos de hielo en las paredes del congelador. ¡No lo raspes con un cuchillo o con cualquier otro instrumento afilado o punzante! Puedes dañar su correcto funcionamiento si raspas donde no deberías hacerlo. Aplicando el mismo limpiador que hemos utilizado para el interior de la nevera, que tiene poder descongelante, acabamos de derretir los trozos de hielo y podemos terminar de limpiar. No te olvides de aclarar bien y de retirar cualquier resto de limpiador.

Una vez están listos el congelador y el frigorífico, colocamos todos los accesorios, limpios y bien secos, otra vez en su sitio.

Aprovecha que has movido la nevera para limpiar a fondo las paredes y el suelo. Nosotros frotamos los azulejos, ennegrecidos por el motor y por el calor que se genera detrás del frigorífico. También barremos y fregamos bien el suelo. Una vez seco todo, colocamos el aparato en su sitio, dejando 5 centímetros de separación con la pared para que pueda haber buena circulación de aire. Con todo esto... ya tenemos nuestro frigorífico limpio.

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