Mis padres leen mis mensajes de chat y me espían Historia animada sobre padres

No fumo, no consumo drogas, no salgo con chicos y no pertenezco a ninguna pandilla. Pero a pesar de esto, desde hace mucho tiempo me han controlado y vigilado.
Leen todo en mis redes sociales y mis mensajes. Mis movimientos están siendo monitoreados. Mi teléfono está intervenido. Y a veces, me parece que hasta mis pensamientos son perceptibles ...
Detrás de todo esto no están el FBI ni agentes extranjeros, sino mis propios padres.
Sé que estoy pasando por una edad difícil y peligrosa ahora, es demasiado pronto para comenzar una vida independiente y todo ese rollo, pero ...
Miren. No estoy hablando de un control parental normal. Estoy hablando de una persecución patológica obsesiva de una niña. Y ahora les contaré todos los detalles.
Hace aproximadamente un año, noté que mis padres secretamente espían mis conversaciones telefónicas con amigos y monitorean mis movimientos a través del GPS. Y durante mucho tiempo, lo soporté, pensando que simplemente se preocupaban por mí.
Una vez, estaba caminando con mis amigos en el parque. Y notamos que alguien nos observaba. Nos dio mucho miedo. La persona desconocida nos estaba siguiendo, no a lo largo del camino, sino yendo de árbol en árbol.
Mi amiga, Chloé, llamó a su hermano mayor y le pidió que fuera por nosotros al parque y nos llevara a casa. Nos parecía que nos estaba siguiendo un maníaco.
Su hermano llegó al parque unos minutos después. Y se apresuró a atrapar al extraño que nos perseguía.
Un minuto después, vimos a mi papá. El hermano de Chloe lo sacó de los arbustos. Al principio, pensamos que había habido un error. Pero entonces, papá personalmente admitió que nos estaba persiguiendo.
Yo estaba terriblemente avergonzada frente a mis amigos. En casa, le pedí a mi papá que me explicara lo que había sucedido. Pero no escuché nada claro, excepto que él me amaba y se preocupaba por mí.
Por accidente, encontré una aplicación de espiar en mi teléfono. Le permitía a cualquier momento encender el micrófono para escuchar todos los sonidos cercanos, encender la cámara, ver el historial de búsqueda y leer todos los mensajes.
Aparte de mis padres, nadie tenía acceso a mi teléfono. Entonces, solo ellos podrían haber instalado este spyware.
Yo estaba impactada con este hallazgo. Una persona debería tener su privacidad, al menos, un poco. Y cuando todos tus pensamientos y acciones están bajo control, ya no te sientes como un individuo. Es atemorizante, es repugnante y desagradable.
Traté de hablar con mis padres. Al principio, lo negaron todo. Pero luego, tomé mi teléfono y le envié un mensaje a mi amigo. Una señal de notificación sonó en el teléfono de mamá. No tenía sentido negar nada.
Dijeron que yo todavía era una niña. Y se odiarían a si mismos si algo me sucediera. Entonces, querían protegerme de un montón de cosas terribles.
Después de esto, me di cuenta de que lo más probable es que estaría bajo control parental hasta que fuera un adulto. Y yo estaba en contra de esto. ¡Debe haber alguna salida! Y comencé a buscarla.
Primero, intenté eliminar el spyware de mi teléfono, cambiar las contraseñas de todas mis cuentas en redes sociales y guardar mi reloj inteligente en el armario. Entonces, organicé un boicot a mis padres.
Pero mi comportamiento causó muchas peleas entre nosotros. Y mis padres me dieron un ultimátum: o vivía según sus reglas o quedaría bajo arresto domiciliario.
Por supuesto, tuve que volver a poner el reloj en mi mano, instalar el spyware en mi teléfono nuevamente y decirles a mis padres las nuevas contraseñas.
Luego, traté de "jugar" con mis padres de acuerdo con sus reglas. Comencé a mostrar cómo me metía en sus teléfonos y revisaba sus bolsos y billeteras.
No tenía ninguna intención de encontrar mensajes o fotos comprometedoras. Solo quería que mis padres entendieran cómo se sentía cuando alguien más invadía tu privacidad
Y, les cuento que, estaban muy enojados. Mamá gritaba que no me atreviera a tocar sus cosas personales sin su conocimiento. De cualquier forma, había un castigo penal para este tipo de acciones.
“Está bien, mamá. Estoy de acuerdo ni yo ni nadie más tiene derecho a invadir tu privacidad. Pero entonces, ¿por qué tú y papá invade la mía? ", le dije. Pero mi mamá solamente respondió que la entendería cuando yo misma fuera madre.
Esto duró un par de meses más. Y luego, sucedió algo que nos cambió a todos.
Ese día, papá estaba en un viaje de negocios, a miles de kilómetros de distancia. Mi madre y yo nos acostamos como siempre, cada quien en su habitación. Pero después de un rato, escuché ruidos extraños provenientes del dormitorio de mi madre. Algo como jadeos y sollozos.
Al entrar a la habitación de mis padres, vi a mamá doblándose de dolor. Ella me pidió que llamara a la ambulancia, lo cual hice en ese mismo momento.
A mi madre le diagnosticaron colelitiasis. Esa misma noche, fue sometida a cirugía, y no sin complicaciones.

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