Antigua Fabrica de Conservas Punta Arenillas (Huelva)

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Nada mas cruzar el rio Tinto y frente al Monumento a Colon aparece una construcción derruida y oculta por la maleza, fue una importante industria conservera. Está ubicado en Punta Arenillas, situada a orillas del río Tinto, prácticamente en su desembocadura, y el estero Domingo Rubio.
Hablar de la antigua fábrica de Tejero es hablar de D. José Tejero y González Vizcaíno que nace en el seno de una acomodada familia onubense en 1879. Va a recibir una cuidada educación: cursó sus primeros estudios en el colegio jesuita del Puerto de Santa María, en donde entabló amistad con personajes influyentes como el conde de los Andes, con quien compartiría en el futuro filiación partidista y la amistad con el monarca.
A Alfonso XIII le gustaba salir de caza con un experto tirador como era Tejero y en sus visitas a Huelva se hospedaba en su casa de Punta Arenillas.
Del Puerto se traslada a Sevilla, en cuya universidad estudia Derecho. Una vez licenciado en 1900, vuelve a Huelva en donde va a simultanear actividades profesionales y políticas. Sus primeras operaciones comerciales las realiza como representante legal de varias compañías mineras ligadas a su familia.
José Tejero demostraría inclinaciones políticas muy pronto. Según Peña Guerrero (1993), en 1903, con apenas 24 años, ingresó en el partido conservador, ocupando dos años más tarde el cargo de diputado provincial por Aracena. Bajo la tutela de Burgo, y Mazo, jefe del partido en la provincia de Huelva, es elegido parlamentario por el distrito de Valverde en 1907. Durante estos años, el joven diputado demostraría una per-sonalidad decidida y enérgica en el campo político y entrará en el negocio pesquero-conservero, actividad económica que acabará marcando su perfil empresarial. Su desembarco en el sector fue puramente casual. Comenzó en 1910 asesorando y redactando los estatutos de la Sociedad Anónima Pesquera instalada en Huelva capital. Dicha sociedad constituía una gran novedad en esta ciudad, donde las actividades conserveras situadas casi en su totalidad en la costa, occidental de la provincia no jugaban un papel destacado. Rápidamente, la sociedad impulsó una fábrica de salazones y conservas en Punta Arenillas y armó una traíña de vapor para la pesca de cerco. No obstante, la empresa arrastró problemas ya desde sus inicios y se disolvió a principios de 1912. Tras un intento de subasta, que quedaría desierta, los accionistas acuerdan la cesión a Tejero por ser el acreedor más importante. En diciembre de 1912, el ya armador y conservero reestructura la empresa, que bajo su presidencia pasa a denominarse Sociedad Anónima de Pesca La Rabida. La misma se constituirá con un capital 200 acciones, valoradas en 500 pesetas. Casi de inmediato la sociedad adquiere otra traíña en 1916 con el significativo nombre de Viva el Rey y comenzará a comercializar la marca Rey de España.
Después de la Guerra Civil, el empresario va a alejarse de la política y se va a dedicar a los negocios (su fidelidad a la causa monárquica le va a crear serios problemas con el régimen en la inmediata posguerra hasta el punto que llegará a ser desterrado de Huelva). Reorganiza su empresa, ahora Sociedad Regular Colectiva José Tejero y Cía., en la que participan como socios otro destacado empresario local que había desempeñado el cargo de presidente de la Junta de Obras del Puerto entre 1949 y 1951, Joaquín Domínguez-Roqueta, y la mujer de este último. La sociedad va a gestionar la fábrica de Punta Arenillas, que va a producir también conservas vegetales y mermeladas. La apuesta por la diversificación productiva va más allá del sector conservero y se extiende a otros productos de alimentación como la sal: poseía salinas en Isla Cristina, Punta Umbría y la isla de Bacuta. En 1952 se había adquirido la fábrica de caramelos ubicada en la Alameda Sundheim, propiedad de José Muñoz de Vargas, cuya maquinaria se traslada a Punta Arenillas. Dispone la compañía de locales en el puerto para el almacenaje y la distribución de los productos en exclusiva de CEPSA y CAMPSA. Tiene también la representación en exclusiva de la compañía Seguros Generales. A título individual Tejero poseía la finca Covadonga, en el término de San Silvestre, una extensa área cinegética a la que invitaba regularmente a destacadas figuras del régimen y en la que el empresario practicaba dos de sus aficiones favoritas, la caza y el tiro. Alejado de los negocios por su avanzada edad, la sociedad continuó sus actividades.
José Tejero y González Vizcaíno moría en Huelva el 29 de enero de 1968 a los 89 años de edad.

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