La Ley Del Karma

Todos los pensamientos que se tienen se imprimen en la sustancia de la materia universal, donde se manifestarán, en último término, como un efecto en el mundo físico. A veces, el efecto pude producirse pocos momentos después del origen de la causa, por lo que tendremos la oportunidad de ver hasta que punto se hallan relacionados el pensamiento y el efecto, tal como si arrojamos una piedra a un lago y observáramos las ondas producidas. Sin embargo, a una estación siempre sigue otra. El verano sigue la primavera. El pie derecho siempre sigue el izquierdo. Por lo tanto, un ser humano nunca puede ir a ninguna parte sin venir de alguna parte.

Cada día es el resultado del día anterior, del mismo modo que hoy es el retoño del árbol del mañana. Cada pensamiento es el resultado del pensamiento que le precede, del mismo modo que cada vida es otro anillo concéntrico en el árbol de la vida eterna.
El karma no se instaura entre los individuos, sino únicamente con mismo. En otras palabras, uno siempre se enfrenta a sí mismo. En consecuencia, el curso de las existencias se basa en las decisiones que se toman a fin de responder a la coyuntura que se haya suscitado. No obstante, la noción más difícil de entender es que, en general, se brinda la posibilidad de resolver los propios problemas kármicos a través de las interacciones con los demás. Por esta razón, en lugar de aceptar la plena responsabilidad de los fracasos y decepciones, se tiende a imputárselos a otros.

Con frecuencia, los episodios vividos en gripo reaparecen en encarnaciones posteriores, como vínculos familiar, profesionales, culturales o étnicos. En ese sentido es importante subrayar que nunca se encuentra a alguien accidentalmente, porque las coincidencias no existen. Del mismo modo, no se experimenta de entrada una profunda simpatía o antipatía sino hacia personas que se han conocido antes.

Al final, hay que atenerse a las consecuencias de las decisiones y actitudes previas, ya que siempre se cosecha inevitablemente lo que se ha sembrado. Esto implica que, algún día, se pueden tener experiencias análoga a las que elecciones previas han producido en la vida de otros.

Pero, en cualquier caso, los seres humanos son dueños de si propio destino y pueden controlar sus pensamientos, palabras y acciones, lo mismo que escoger su comportamiento ante las circunstancias que ellos mismos han engendrado.

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