Eduardo Falú - Falú (1962)

Eduardo Falú
FALU
Philips P13920L
1962

TEMAS
01. TRAGO DE SOMBRA - Zamba - (E. Falú, J. Dávalos)
02. VILLANCICO - (Popular,versión de E. Falú)
03. MINERO POTOSINO - Canción - (Manuel J. Castilla, E. Falú)
04. SUEÑO DE MI GUITARRA - Canción - (E. Falú)
05. LA NOSTALGIOSA - Zamba - (E. Falú, J. Dávalos)
06. DIVAGANDO - Preludio - (E. Falú)
07. SIETE DE ABRil - Zamba - (A. Chazarreta)
08. COMO YO LO SIENTO - Milonga - (Osiris Rodríguez Castillo)
09. HACHERO - Zamba - (Héctor Pasani)
10. SUBO,SUBO - Vidala - (Rolando Valladares)
11. LA ORACION - Trémolo - (E. Falú)
12. CUANDO SE DICE ADIOS - Zamba - (E. Falú, J. Dávalos)
He aquí un músico argentino que, excepcionalmente, trabaja con significados. Es curioso, pero en medio de un panorama hecho de gentes que se repiten buscando el impacto fácil y seguro sobre oídos muy habituados
a determinado éxito; de gentes que imitan porque la personalidad es substancia difícil de lograr con pocos medios; de gentes que intencionada y artificiosamente adoptan poses de primitivistas porque explotan la creencia de que la música popular debe ser elemental para ser más auténtica; en medio de tanta mistificación y pobreza provocada, este músico trabaja con sus elementos como si fueran signos, signos que pueden comprender y sentir con igual intensidad un gaucho de Salta, un paisano de La Pampa o un hombre de la ciudad. No quiero decir que todo lo que hace Eduardo Falú tiene un "mensaje" ajeno a la música. Simplemente, quiero decir que todo lo que hace este artista, está cargado de un significado esencialmente musical, que no permite que los sonidos se deshagan simplemente en sonidos, sino que logren unidad y se den como una expresión integral.
Falú siempre está situado en la música, cercado por ella. No tiene ninguna necesidad de romper este cerco, porque sin gritos destemplados, sin hacerse el campechano, sin apelar a la jerga regional o pintoresquista,
es capaz de lograr una expresión sin perder de vista la realidad ni hacérsela perder a su oyente. Siempre, aun cuando tiene el sentido de protesta o rebelión, la música que hace tiene un clima tranquilo, un aspecto de remanso, una imagen de cosa recogida e íntima. Nunca levanta la voz, y qué bien hace. Aunque muchos no lo crean, en esos rasgos está el sello nacional que lo caracteriza como músico argentino y que hace que se lo reconozca como tal en cualquier sitio. Porque precisamente, si hay algo que caracteriza a nuestra personalidad -esa personalidad que puede percibirse fuera de los límites de la ciudad, que es donde estamos menos contaminados- es ese estilo de hablar despacio, de mirar bien a fondo y de pisar seguros, sin ponerse a dar cuchilladas a las sombras.
En el criterio que aplica Falú para elegir el texto y el tono de los poemas que canta, también se notan estas características. Siempre dice cosas que quieren decir algo, algo que valga la pena decir. Y hasta podría agregar: algo que valga la pena decir de cierta manera. Lamentablemente, tenemos pocos artistas de este tipo tan particular y tan deseable. Pero los tenemos. Es decir, artistas que han comprendido que el lenguaje que usan es realmente, un medio de comunicación entre los hombres. Escuche a Eduardo Falú y dígame si estoy equivocado.

Jorge Aráoz Badí
Crítico de "Buenos Aires Musical"

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