Para Vivir bajo la Gracia Tienes que Morir a la Ley

El apóstol Pablo escribió cerca de una tercera parte del Nuevo Testamento, y la mitad de sus escritos fue un esfuerzo por tratar de explicarle a los cristianos lo que es vivir bajo la “gracia” de Dios. El problema era que muchos de los nuevos cristianos del primer siglo, antes de venir a vivir bajo la gracia, vivían bajo la ley mosaica. Por ende, algunos enseñaban a los nuevos cristianos, que, aunque fueron salvos por la gracia, para mantenerse salvos, tenían también que guardar los requisitos de la ley.

Un ejemplo de esto ocurrió en las iglesias de Galacia. El apóstol Pablo les escribió: “Me asombra que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de Cristo” (Gálatas 1:7-7, NVI). La confusión consistía en que algunos continuaban exigiéndole a los cristianos circuncidarse y guardar la ley para ser salvos. El apóstol Pablo atacó tal confusión y les escribió: “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud” (Gálatas 5:1, NVI).

Ahora, ¿cómo nos mantenemos libres del yugo de la Ley? La respuesta la da el mismo apóstol Pablo: “Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí…” (Gálatas 2:19-20). Con el propósito de entender mejor este principio, este domingo, 23 de abril a las 11:00am, en la segunda parte de la Serie: Descubriendo La Gracia, estudiaremos una analogía tomada del matrimonio. A través de ella, eliminaremos toda confusión, y traeremos luz a la verdad de que no podemos estar casados al mismo tiempo con la ley y con la gracia. De hecho, descubriremos que, para vivir bajo la gracia, tenemos que morir primero a la ley. ¡Amén!

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