MICAELA BASTIDAS - ELLA LA MITAD DE LA HISTORIA

“Yo ya no tengo paciencia para aguantar todo esto, pues yo misma soy capaz de entregarme a los enemigos para que me quiten la vida, porque veo el poco anhelo que vez este asunto tan grave, que corre detrimento la vida de todos y estamos en medio de los enemigos, que no tenemos hora segura de vida y por tu causa están a pique de peligrar todos mis hijos y los demás de nuestra parte.” (Carta de Micaela Bastidas a José Gabriel Túpac Amaru, 6 de diciembre de 1780)

“En el nombre de dios Todopoderoso ordenamos y mandamos que a ninguna de las personas dichas se pague; ni se obedezca en cosa alguna a los ministros europeos intrusos. Y solo se deberá todo respeto al Sacerdocio, pagándoles el tributo, y el quinto a su Rey y Señor Natural, y esto con la moderación que se hará saber con las demás leyes que se han de observar y guardar.” (Edicto de José Gabriel Túpac Amaru, 18 de marzo de 1781)

Recuerdas que a medida que avanzaba el siglo XVIII, el gobierno español exigía mayor control en la recaudación de tributos, por eso en 1754 impusieron los repartos de mercancías, que los corregidores vendían obligatoriamente a nuestros antepasados indígenas. Y también nos acordamos que en 1776 crearon el virreinato del Río de la Plata, dividiendo el sur peruano y estableciendo una nueva aduana.
No nos olvidamos que muchos descendientes de los inkas escribieron documentos al Rey de España, pidiendo solucionar los abusos y la explotación contra los indígenas, pero algunos otros llegaron a liderar protestas y rebeliones. Sabemos que José Gabriel Tupac Amaru, que fue arriero y cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, y además descendiente del último inka Felipe Tupac Amaru (ejecutado en Cusco en 1572), fue el indicado para liderar la protesta.
Hemos leído en nuestros libros de historia y nos contaron también nuestros abuelos que el 4 de noviembre de 1780 Tupac Amaru en la Provincia de Canas -Cusco, ejecutó al corregidor de Tinta y que junto a su esposa Micaela Bastidas, proclamaron el fin de la esclavitud, el tributo y la mita, pues eran abusos que ya no podían seguir. Pero, tras varias batallas, estos esposos rebeldes fueron apresados por una traición de un compadre, y el 18 de mayo en la Plaza del Cusco, junto a otros insurgentes indígenas y mestizos, fueron ejecutados con tal crueldad que hasta hoy sentimos su dolor.
¿Te acuerdas? El mando de la rebelión lo asumió Diego Cristóbal Tupac Amaru, primo de José Gabriel, estableciendo su cuartel general en Azángaro (Puno). Las huestes realistas no pudieron vencer al ejército libertario, por eso no les quedo otra que ofrecer un trato de paz a Diego Cristobal, quien lo firmó en Sicuani en enero de 1782. Pero, un año después, ante motines en Marcapata culparon a los Tupac Amaru de incitar otra rebelión, entonces ejecutaron a Diego Cristóbal, a su madre Marcela de Castro y a algunos capitanes, desterrando a sus compañeros y familiares.
Algunos no lo sabemos, pero debemos conocerlo: Un historiador cuenta en su libro, que durante la misma rebelión de Tupac Amaru mueren miles de personas, número que se incrementa después de la muerte del rebelde, llegando a más o menos cien mil víctima entre wawas, niños, mujeres y varones indígenas, mestizos, criollos y españoles; de ambos lados no hubo piedad.
Entre tanto, los españoles aceptaron algunas demandas, por eso en 1784 crearon la Audiencia de Cusco, quitando los repartos, la marcación de esclavos y los corregimientos. En su lugar nombraron Intendentes, con mayor territorio pero con menos poder.

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