JOAN SEBASTIAN LE CANTÓ AL AMOR, PERO UNA SOMBRA LO PERSIGUIÓ HASTA SUS ÚLTIMOS DÍAS

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1951: “El Rey del Jaripeo”, “El Poeta del Pueblo” o “El Huracán del Sur”. A Joan Sebastian pueden llamarle como quieran, pero nadie puede negar que sus canciones y composiciones, son un referente de la cultura popular mexicana porque más de uno ha sido un “Secreto de Amor” o llevado en el cuerpo “Tatuajes”.
Su legado es innegable. Tiene en su haber 54 álbumes, de los que se han vendido más de 12 millones de copias alrededor del mundo, logrando una fortuna estimada en 5 millones de dólares ¡ah!, pero si no es suficiente, también cuenta con cinco premios Grammy y siete premios Grammy latino, convirtiéndolo hasta 2015, en el mexicano con más Grammys estadounidenses; sin embargo, también cuenta con un lado muy oscuro que pocas veces es mencionado, pero que, en Línea de Tiempo, te lo detallaremos.

José Manuel Figueroa Figueroa nació en la localidad de Juliatla, municipio de Taxco de Alarcón, al norte del estado de Guerrero en México. El campo y los caballos prácticamente lo vieron nacer, pues su madre se trasladó en uno de esos ejemplares de un pueblo a otro, un 8 de abril de 1951, el mismo día en que nació ‘El poeta del pueblo’.

El amor por los caballos lo trajo desde antes de su concepción. A los 6 años hacía una que otra pirueta con ellos, por eso, no fue nada difícil que en sus presentaciones cantara montado en un ejemplar.

Joan nació en una familia acomodada; sin embargo, por razones desconocidas perdieron sus terrenos, entre otras propiedades, orillándolos a convertirse en una especie de gitanos.

La necesidad hizo que su padre trabajara de ilegal en los Estados Unidos para poder mantener en pie a su familia. A los 8 años ingresó al internado N°14 de la Institución de Educación Pública de Guanajuato. Luego, pasó a la institución educativa religiosa en Morelos, donde su cuidado estuvo a cargo del sacerdote David Salgado quien, a través de su ejemplo, influyó para en su anhelo por la vida religiosa. Pero, a pesar que su padre rechazó la idea, a los 13 años se internó en el Seminario Conciliar de San José, en Cuernavaca. Ahí crece su vocación junto con otros seminaristas, incluso compone una misa que, a su vez, le ayuda a comprender su pasión por la música; sin embargo, fue el amor de una mujer que termina por convencer su retiro.

Don Marcos estaba convencido que la música era lo suyo para José Manuel, y es que, sin saber tocar ni un instrumento, le prestaron una guitarra por 8 días. Sí, ocho días y un dedo ampollado bastaron para demostrar que tenía talento.

1968: El salir del seminario implicó dedicarse a su carrera musical; sin embargo, la dificultar por ganarse la vida como cantante lo obligó a desempeñarse como asistente administrativo en el Centro Vacacional Oaxtepec, un complejo hotelero y turístico en Morelos.
Todo transcurría con normalidad en su trabajo hasta que un buen día llegó la primera actriz mexicana, Angélica María junto a otras personas, para tomar la reserva de una cabaña; sin embargo, su pedido estaba programado para el día siguiente.

Así como lo escuchas, él decidió darle la cabaña, a costa de que la reserva de ese día podía traerle problemas. En ese ínterin, Angélica ve una guitarra y le pregunta si era suya, obviamente dijo que sí, aclarando que solo cantaba y tocaba sus propias canciones. Bueno, para no hacer tan larga la historia, ella lo invita a desayunar al día siguiente como agradecimiento del gesto, sin imaginar que la sorprendería con su voz.

Angélica decide darle su número y también del productor de su disquera, Eduardo Magallanes, para concretar una reunión. Pero, irse detrás de sus sueños no era una cuestión solo personal debía pensarlo mucho, pues era el sostén de su familia ¿y cómo se animó?, algunos de sus compañeros de trabajo se habían quejado de que, por las noches, cantaba y tocaba a través del radiotransmisor del hotel. Entonces, como sabía que lo iban a suspender le pidió al encargado que mejor lo despidiera para no perder sus beneficios de ley y poder viajar al país azteca.

¿Por qué le fue mal si ya tenía la venia de Angélica?, resulta que la cantante, el productor y personal artístico habían salido de gira por varios meses. Su decisión no fue regresaste sino tocar puertas y así lo hizo, pero, ninguna lo aceptaba. Comía una torta al día para ahorrar y también durmió en la banca de algún parque. Sí, esos meses fueron duros, hasta que llegó a Discos Capitol y el productor Chucho Rincón, al verlo tan desilusionado le da una oportunidad para demostrar su talento.

Así es como llega, bajo su nombre real, su primer álbum titulado “Sueño y lucha”, que incluye la canción Descartada y tuvo un éxito moderado vendiendo alrededor de doce mil copias. #biografíamusical

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