Me voy - Pé.

Texto escrito por mí:
Me voy. Perdóname si empiezo este mensaje con las dos palabras que menos esperabas leer, perdóname también por dudar de que te haya dolido leerlas, o de que te vayan a doler alguna vez. Quizás sí te duelan el día en que mires atrás, y ya no me tengas. Quizás sí te duela el día en que deje de arreglarse el mundo con tus dos palabras preferidas, con tu peor mentira te quiero. ¿Sabes cuándo una mentira es la peor? Cuando alguien dejó de creérsela, pero se fuerza a seguir haciéndolo. Sé por qué dices que me quieres cada vez que estoy a punto de irme, y es porque tienes miedo de que nadie te vuelva a querer como yo, y es que tú no me quieres, porque si me quisieras, nunca me habrías dado las razones que hoy tengo para alejarme de ti. Adiós. Ya no volveré más por aquí, ya no me perderé en un camino que no me lleva a ninguna parte. Ya no me perderé en tus caricias nunca más. Espero que lo disfrutaras, porque tus ojos no volverán a verme jamás. No escucharás nunca más mi voz, esa voz, que hoy, te lee esto en tu cabeza. Me voy, y quizás es verdad eso de que pueden haber mil despedidas de por medio, que la que es de verdad, siempre es la que más cuesta. Quizás no lo sea, y lo que más me costó fue aceptar que no eras quien creía que eras. Quizás fue el tiempo, tal vez, se trató de ellas. Siempre te gustó mirar a otras chicas, besar otras bocas y sujetar otros culos. Nunca fuiste hombre de una sola mujer, y por eso me estoy yendo. Quizás ahora no te des cuenta, o quizás nunca lo hagas. Tal vez yo sólo sea un puente entre tu anterior mujer y la siguiente. Y si no es así, quiero pedirte algo: no mires atrás, yo prometo no hacerlo nunca. Pero en el fondo, te he querido tanto que deseo que te duela, del mismo modo en que deseo que ni siquiera esto pueda hacerte daño. Cuídate. Cuídate de que esto no te duela más de lo necesario, y si te duele, encárgate de aprender la lección. Te dije que me acabaría yendo, y tú te reíste y me dijiste que no sería capaz de dejarte nunca. El no se convirtió en un sí, y el nunca es ahora. Cuídate mejor de lo que dijiste que me cuidarías a mí, cuídate tanto como yo quise cuidar de ti. Supongo que ya sí que me crees. No vuelvas a llamarme.

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