Guayasamin - Vasija de barro - Quito - Ecuador

Imagenes del trabajo del gran pintor ecuatoriano Guayasamin y de Quito - Ecuador, con el fondo del danzante ecuatoriano "Vasija de barro" del desaparecido duo Benitez - Valencia.

Vasija de barro
7/12/2009
Por Jorge Ribadeneira Araujo

La alegre farra fue en la casa de los Guayasamín, en la calle Venezuela, entre Carchi y Galápagos -la Guaragua- el martes 7 de noviembre de 1950. Fueron llegando los amigos. Pintores, escritores, músicos, poetas, compañeros de la Escuela de Bellas Artes. Esa noche llamó la atención un cuadro de Osvaldo Guayasamín, pintor en alza, con sus 31 años. Presentaba a una madre con su hijo en el vientre. Un vientre representado por una vasija de barro, con su toque indígena. Otra buena idea del artista.

Y surgió la idea de un poema dedicado a la vasija de barro. Tú, Jorge, vas primero, ordenó el dueño de la fiesta y Jorge Carrera Andrade -ya poeta consagrado, 47 años- fue en busca de una hoja en blanco. Encontró a la mano un libro, En busca del tiempo perdido de Proust, y escribió en la primera página disponible:

Yo quiero que a mí me entierren/ como a mis antepasados/ en el vientre oscuro y fresco/ de una vasija de barro.
Entusiastas aplausos y un grito muy sincero. Esto merece un trago. Y ahora, para la segunda estrofa el poeta y educador Hugo Alemán, recibido con señales de aceptación. Hugo iba ya por los 52 años. Tomó la pluma y escribió al vuelo: Cuando la vida se pierda/ tras una cortina de años/vivirán a flor de tiempo/ amores y desengaños.

Bravo. Y para la tercera estrofa, un pintor, dispuso Guayasamín, defendiendo a los suyos. El escogido fue Jaime Valencia Gálvez, modernista, de 34 años. Con entusiasmo y un par de tachones contribuyó: Arcilla cocida y dura- alma de verdes collados- barro y sangre de mis hombres- sol de mis antepasados. Bien, Jaime. Aplausos.

¿Y para cerrar el poema? Con gritos fue escogido un joven poeta, Jorge Enrique Adoum, ambateño en plan de quiteñización, de 24 años. Tomó la pluma y se lució con un aplaudido remate: De ti nací y a ti vuelvo/ arcilla vaso de barro/ con mi muerte yazgo en ti/ en tu polvo enamorado/. Muchos aplausos. ¿Cómo así, Adoum? Tenía un antecedente interesante. Viajó de 19 años a Chile -de novelero, con un amigo, en pos de estudiar y conocer mundo- y allá fue escogido un día para secretario personal por el gran Pablo Neruda. Dos años singulares con el extraordinario poeta, quien sería más tarde Premio Nobel (1971) y candidato a la presidencia por el comunismo chileno. Cuando Jorge Enrique Adoum escribió su estrofa esa noche ya había publicado su poema Ecuador amargo y se perfilaba como un gran personaje -como lo fue realmente- de la poesía y el ensayo ecuatorianos, Además de un tipo encantador.

Benítez y Valencia -Gonzalo y Luis Alberto- completaron la tarea y esa madrugada todos terminaron entonando la Vasija de barro que, con el paso de los años, fue una gran canción del Ecuador. Cantada con unción cuando fallecieron Benítez, Valencia y hace pocos días Jorge Enrique Adoum. Linda historia.

Fuente: http://www.elcomercio.com/solo_texto_search.asp?id_noticia=187257&anio=2009&mes=7&dia=12

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