La vocación de Ramfis como torturador y el trato de Trujillo a sus adversarios

A propósito de conmemorarse este 26 de junio el Día de Apoyo a las Víctimas de Tortura, Julio Hazim y José Israel Cuello analizaron la proclividad hacia esta práctica demostrada por Ramfis Trujillo durante la dictadura de su padre. Ambos consideraron que la tortura era una afición para Ramfis tan importante como jugar polo, destacando el informe en poder de un taquígrafo del general que destaca la forma en que fueron torturados los invasores del 14 de junio de 1959.
Al respecto Hazim refirió que obtuvo informes de que el comandante cubano Delio Gómez Ochoa había sido menospreciado en el proceso de la revolución encabezada por Fidel Castro y posteriormente unido al campamento de Mil Cumbres donde se entrenaban los expedicionarios dominicanos, mientras Cuello relató la manera en que eran designados los ministros cubanos durante la Revolución.
Hazim también rememoró la suerte del expedicionario Juan de Dios Ventura Simó, quien fue presentado como un infiltrado en las filas de los combatientes.
Otro de los temas tratados fue el hecho de que muchos de los ministros de la dictadura trujillista llegaron a guardar prisión por varios motivos dentro del mismo régimen sin que esto implicara una ruptura y en demostración de que a Rafael Trujillo no le interesaba tanto matar a sus enemigos sino que a veces trataba de adicionarlos a su ideología.
En otra parte de las informaciones Hazim relató su impresión de una visita a Miches, destacando la calidad de las vías terrestres y la bonanza económica que produjo la venta de terrenos con vocación turística al empresario Gustavo Cisneros.

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