El problema del mal, III

Hoy la exposición se ha realizado a partir de una serie de comentarios a través de los cuáles hemos ido dibujando la naturaleza humana y su sombra. Teniendo siempre en cuenta que el mal simplemente es y que el juicio sobre el mal está dentro de lo que llamamos el deber ser. Lo que nos interesa, primeramente, es conocer la naturaleza humana; es decir el es (ser) del hombre que hace que se porduzca sufrimiento humano y animal. Esto nos ha llevado a ir planteando diversas cuestiones sobre la actualidad que la hemos ido tomando, a modo de ejemplo, y, por otro lado, como objeto de análisis para confrontar el poder de nuestra sombra. Siempre hemos intentado dejar claro, al acudir a la distinción clásica del ser y el deber ser, que la sombra, tanto individual, como colectiva, forma parte de nuestro ser y, por tanto, no podemos esconderla, reprimirla, negarla. de lo que se trata es de llevar la luz a las sombras, de autoconocernos, individual y colectivamente, para aceptarnos y conseguir que la sombra se haga luz. Que se transmuiten los afectos que proceden del odio y la tristeza, en los que proceden del amor y la alegría. La piedra filosofal para ello es el amor propio. Pero el amor, y esto es esencial, requiere del conocimiento. Conocerse y amarse-conocer y amar, van de la mano.

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