"Josefa del Águila Ceballos, luego marquesa de Espeja". Donación de Alicia Koplowitz

Javier Barón, Jefe del Área de Conservación de Pintura del Siglo XIX, comenta la obra "Josefa del Águila Ceballos, luego marquesa de Espeja" de Federico de Madrazo, donada por Alicia Koplowitz al Museo del Prado.

El Prado conserva la colección más amplia y de mayor calidad entre las existentes de Federico de Madrazo, el más destacado retratista español de su tiempo. Se enriquece ahora del mejor modo con la generosa donación de Alicia Koplowitz del retrato de Josefa del Águila y Ceballos (1826- 1888), entonces vizcondesa de Aliatar por su matrimonio en 1850 con José María Narváez, sobrino del célebre militar, y luego marquesa de Espeja.

Pintado en su mejor momento, en 1852-54, interpreta con personalidad propia y una ejecución más amplia el gusto de refinada elegancia puesto en boga por Jean-Auguste-Dominique Ingres. El tratamiento del vestido de encaje, el chal bordado y el tocado de plumas, es de gran calidad, resuelto en un delicado cromatismo de gamas muy claras. Destacan las transparencias de los encajes, cuyo rico dibujo está tratado con una pincelada muy visible. El pintor hizo resplandecer las ricas joyas con las que la dama se adorna mediante breves toques de pincel que acentúan los reflejos de la luz.

La obra se realza por su magnífica moldura original, del periodo isabelino, tallada y dorada, restaurada para su presentación.

Subtítulos disponibles en inglés y español.
Federico de Madrazo’s portrait of the Marchioness of Espeja, donated by Alicia Koplowitz

Javier Barón, Chief Curator of the Department of the 19th Century Painting at the Museo Nacional del Prado comments "Portrait of Josefa del Águila y Ceballos, subsequently Marchioness of Espeja" (1852).

The Museo del Prado is presenting Portrait of Josefa del Águila y Ceballos, subsequently Marchioness of Espeja, donated to the Museum this April by Alicia Koplowitz, a member of the Royal Board of Trustees of the Museo del Prado.

This is one of the artist’s most important works from his mature period. Dated 1852, Madrazo returned to the work in early 1854, completing it and delivering it that year.

Federico de Madrazo was the best Spanish portraitist of that decade and the one who achieved most international renown. During those years no other Spanish portraitist came close to the quality of his works, as evident in this example.

English and Spanish subtitles available.

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