EL FALSO SENTIMIENTO DEL EGO

Conferencia: Santiago Barberán

Una vida es mucho más que todas las existencias juntas, una vida lo es todo.
Una cosa es existir, manifestarse, y otra cosa totalmente diferente es vivir. La mayoría de los seres humanos tienen la experiencia de existir y muy pocos tienen el lujo de vivir.

En esa Rueda del Samsara donde nos encontramos existencia tras existencia en ocasiones nos salimos de lo que es la vida y caemos en la existencia, otras veces nos acercamos a la vida.

En la existencia hay posibilidades de encontrar la vida, llamada la vida eterna, que está más allá de la muerte. Morir y vivir es algo anímico. Desencarnar y existir tiene que ver con la existencia y la personalidad.

Según donde tengamos nuestro centro de gravedad existimos o vivimos. La auto observación nos permite darnos cuenta de dónde nos encontramos y podemos ir dando saltos a la vida hasta que uno crea un centro de gravedad, que es la vida en su libre movimiento. La existencia no tiene libre movimiento, es esclava y limitada.

Uno de los factores que limitan la existencia es el juicio, enjuiciar a los demás.
La crítica es el primer defecto que uno debería observarse, el primer ego con el que nos tendríamos que enfrentar.

La crítica es un juicio, criticar es cometer juicios. No podemos condenar lo que los demás hacen porque no somos jueces de los demás. Pero hacemos juicios.

Cuando enjuiciamos a los demás vamos en contra de la Gran Ley, el karma, la ley encargada de enjuiciarnos, porque estamos haciendo un juicio paralelo.

La crítica y la condena no permiten que la esencia escuche y se manifieste. Y cuando no permitimos que la esencia se exprese, se acaba atrofiando y entramos en el olvido de nosotros mismos.

El enjuiciamiento, la crítica y la condena a los demás hace que tengamos el centro de gravedad en la personalidad y el ego. Y creamos algo denominado “el faso sentimiento del ego”, que nos va a acompañar toda la vida, vamos a creer que ese falso sentimiento es verdadero y lo vamos a compartir con otros, creando la asociación psicológica.

De ahí nacen leyes humanas y normas morales alejadas totalmente de la ley universal y de la ética. Nos separamos del mundo espiritual por enjuiciamientos, críticas y condenas.

El falso sentimiento del ego no permite que despertemos ni busquemos la verdad ni cuestionemos nada, porque pensamos que estamos en lo cierto.

La naturaleza del ego es el deseo. El deseo de enjuiciar, criticar o hacer murmuraciones es la base del falso sentimiento del ego.

El ego parte del deseo, la esencia parte de la necesidad. El ego es el más, desea el más. La esencia quiere lo necesario, la igualdad, lo equitativo.

Para eliminar la crítica, la condena y el falso sentimiento del ego; y crear el centro de gravedad en la esencia hay que seguir una filosofía: aprender a escuchar, ver y oír sin traducir.

Saber escuchar sin enjuiciar, sin criticar, sin condenar, sin sentenciar, es una de las cosas más difíciles que existen.

Para aprender a escuchar hemos de volver la mente receptiva y el corazón activo, sentir con la mente y pensar con el corazón.

Quien escucha es la esencia, porque no hay un ego que aguante escuchar. La esencia va a escuchar, se va a ver a sí misma en aquella situación y va a comprender a la persona.
Escrito redactado por Sandra Ortí

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