Entrénate para ser Resiliente

“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…”, reza una de las famosas canciones del cantautor y actor panameño Rubén Blades y es tan cierta la frase porque el día a día nos pone obstáculos pequeños y grandes, nos confronta con situaciones peculiares, algunas más traumáticas que otras, que a la mayoría de las personas las tira contra la pared sin saber cómo reaccionar o cómo manejarlas.
A veces tenemos un montón de pendientes y algunos proyectos por ejecutar, pero esas circunstancias nos frenan de repente y nos atrapan en un laberinto del que podría costarnos salir porque nuestra mente se encarga de sabotearnos o incluso porque no sabemos cómo. El escritor español Carlos Ruiz Zafón dice lo siguiente:
“Para cuando la razón ya entiende lo sucedido, las heridas del corazón ya son demasiado profundas”.
Todos conocemos a algún o varios individuos que ante el dolor y la adversidad se fortalecen, y muchas veces nos hemos preguntado ¿Cómo hacen para sobreponerse a las dificultades?, ¿Será que no les duele, que no les afecta?
Soy Orlando Escalona y hoy te voy a hablar de la resiliencia y de cómo, con un poco de entrenamiento, puedes aprender a enfrentar y salvar esas dificultades que la mayoría de las veces creemos infranqueables.
La resiliencia no es más que la capacidad que tiene el ser humano de enfrentar, sobrellevar y superar una situación de pérdida, fracaso, desengaño o trauma, y de dar un paso más allá y utilizar esa situación para crecer y desarrollar al máximo su potencial. Por supuesto que cada desilusión genera dolor, pero eso no significa que debemos andar rasgándonos las vestiduras ante la adversidad. Cada fiasco es una oportunidad maravillosa de transformación y de reinventarnos.
Buda decía “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. El dolor forma parte de nuestra vida, nos guste o no, pero el sufrimiento definitivamente es una elección equivocada que muchas veces tomamos y nos estanca, nos aferra al pasado, nos convierte en víctima, nos lleva a buscar desesperadamente a alguien que nos saque de ese sufrimiento. ¡Mucho cuidado!
Y aquí quiero retomar unas palabras que dije cuando hablábamos del éxito: “Tú eres lo que piensas. Empieza a entrenar tu mente, mantén el foco y asume mentalidad de ganador, para que cuando el éxito toque a tu puerta le abras con confianza y determinación”.
Así que para obtener lo que siempre has deseado, debes comenzar a entrenar tu mente para romper algunos paradigmas que te mantienen paralizado. No es fácil, es un proceso que requiere tiempo, es verdad, es un examen de conciencia que nos lleva a determinar qué es lo que sentimos, qué queremos, qué nos afecta, qué deseamos cambiar y qué estamos dispuestos a hacer para lograr el cambio. Hay que cambiar la forma de ver las cosas, para que las cosas cambien.
Para desarrollar la resiliencia debes comenzar por tirar esa cruz de sufrimientos que llevas a cuesta. Por supuesto querrás gritar y llorar, pero después del desconsuelo, deberás levantarte, regular tus emociones, aceptar lo que te ha tocado enfrentar y entender que hay un mundo de nuevas emociones y motivaciones que esperan por ti. El tiempo no se va a detener por ti, el mundo no va a dejar de girar mientras aprendes a sobrevivir.
Reconoce tus heridas, sánalas y aprende de ellas; recuerda tu proyecto de vida y enamórate de él; aférrate a la misma necesidad de seguir adelante contra viento y marea; sujétate firme a esa ilusión que te arranca una sonrisa cada día al levantarte y comienza a asumir una mente y actitud positiva. Esa actitud optimista te llevará a generar la confianza que necesitas.
Para enfrentar las dificultades que inevitablemente nos pondrá la vida, debemos aprender a desaprender, a deshacer ese tejido que estábamos hilando y que, de pronto, nos percatamos que tiene un error. Dale a las cosas que ocurren la importancia justa, ni más ni menos, no magnifiques los sucesos. Céntrate en él hoy y en el ahora, empieza a trabajar racionalmente en la manera de cómo superar ese aprieto. Elimina de tu vocabulario frases como “no puedo” o “no creo”. Si necesitas ayuda, rodéate de gente positiva, gente que aporte, que sume, que valore, gente de la cual puedas aprender e incluso puedan atenuar el impacto de las emociones negativas.
¡Con constancia, verás que es más fácil de lo que te imaginaste! Aprende a ser resiliente y comenzarás a obtener lo que deseas. Al final de cuentas: “La vida no se hace más fácil o más indulgente, nosotros nos hacemos más fuertes y resilientes.” -Steve Maraboli.

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