Mábel Cañada. La Facilitación como Propuesta de Transformación Cultural

Curso de Facilitación de Grupos en Valencia 17/18
Personas y grupos necesitamos espacios para revisar si la realidad aparente de nuestras relaciones y/o grupos/organizaciones, es coherente con lo que en ellas, a un nivel más invisible, está pasando. Emociones, roles con los que nos identificamos, gestión del poder, tensiones propias de la diversidad..., no suelen encontrar un lugar formal en el grupo/relación donde hacerse visibles y dónde estos y sus identidades puedan hacerse más líquidas creando nuevas estructuras y acuerdos seguros que faciliten la expresión de nuestro potencial. Es en la tensión propia de las diferencias que surge el conflicto y es apoyando la expresión de estas diferencias en espacios seguros, que los grupos podemos ser inteligentes, creativos y soñar el futuro conjuntamente. El trabajo de la gestión de la diversidad nutre la cohesión y la creatividad en el grupo. La facilitación de grupos ha diseñado tanto herramientas que hacen posible un diálogo transparente, como que las partes recojan la síntesis creativa capaz de articular transformaciones y estrategias sostenibles para la identidad de los individuos y del colectivo. Crear una cultura que ofrezca un espacio seguro habilitando espacios para indagar y gestionar los conflictos, nos ofrece la posibilidad de aspirar a las mejores decisiones. Apoyar estos procesos es la función del rol de la facilitación.
Gracias a la información que obtenemos a través de estás prácticas, podemos crear las estructuras que permitan a las personas desarrollar su potencial de manera segura al tiempo que contribuimos al propósito del grupo cuidándonos de personalismos. Las estructuras tienen la capacidad de enfocar el proyecto hacia su propósito cuidando a las personas al ofrecer un marco claro de competencias y responsabilidad y, por otra parte, éstas también cuidan a las organizaciones de los posibles abusos de sus personas. Una de las consecuencias más catastróficas de la falta de estructura es que cuanto menos hay, mayor es la necesidad de liderazgos directivos. Esto supone una gran contradicción en los grupos con vocación de ser horizontales, ya que la búsqueda de esa misma idea de horizontalidad les hace quedarse parados frente al espejismo de la supuesta libertad de la no-estructura y generar situaciones de alto nivel de abuso por parte de sub-grupos que detentan el poder. Todos los grupos tienen un sistema de poder, es importante hacerlo visible para poder tomar la responsabilidad sobre él y hacer un uso de éste que cuide tanto a las personas, como al proceso, de la misma manera que los objetivos. El espacio de la amistad puede facilitar en determinados momentos el logro de nuestros objetivos, pero no le corresponde a la amistad asumir la construcción de un proyecto colectivo. En demasiadas ocasiones, cuando así lo hacemos, nuestras amigas y amigos dejan de serlo en el camino.
El objetivo de este curso es introducir más y más la cultura de la facilitación en los grupos para que estos se autogestionen estos roles y se vayan abriendo a la posibilidad de apoyo externo para el cuidado equilibrado de sus partes a través de la creación de acuerdos y estructuras que además puedan situar de forma diferenciada la toma de decisiones, los procesos indagatorios, la gestión de conflictos y los espacios de cohesión y celebración. Así, los grupos, como organismos vivos, ganan en salud. La confusión de estas áreas conduce a una gran ineficacia, frustración y dolor. Con esta propuesta, queremos apoyar el empoderamiento personal y colectivo y en consecuencia la transformación social. Por último, deseamos que esta semilla fructifique con la formación de un equipo de facilitadoras que puedan ofrecer apoyo a los colectivos de la región.

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