Aumenté mis labios a un tamaño increíble y me arrepentí de haberlo hecho...

Hola, me llamo Inés, les contaré cómo y por qué aumenté mis labios a un tamaño increíble y cómo vivo con eso.

Hoy, nadie se sorprende con unos labios grandes. Incluso las que ya los tienen, quieren aumentarlos aún más, por ejemplo, yo. Nunca tuve problemas de apariencia, soy una chica guapa, era popular en el colegio.. Yo misma, al ver mis viejas fotos, entiendo que tenía una cara completamente normal. ¿Por qué me enloquecí? Creo que todo cambió para mí cuando todo el mundo se puso a aumentarse los labios. Yo tuve varias razones para hacerlo: pensé que los labios grandes eran perfectos, símbolo de belleza, de prosperidad, de seguridad y popularidad. Mis amigas y conocidas se apasionaron con esto, buscaban especialistas. Y yo no iba a ser la excepción, aunque a mi novio no le gustó la idea. Estaba totalmente en contra de cualquier cambio. Y tan pronto mencioné el aumento de labios, comenzó a gritarme y decir que no besaría "empanadas". Él era muy importante para mí, así dejé esta idea por un tiempo.

Después de un mes tuvimos una pelea, no había vuelta atrás. Claro que discutimos por algo pequeño, pero él golpeó mi puerta tan duro, que cayó una lámpara de la pared. Se enojó porque coqueteaba con un ex-compañero del colegio, al que no había visto en muchos años. Pero decidí que no lo quería recuperar, era mejor de esta manera. Ahora entiendo, porque no me sentí mal por lo que pasó: por fin estaba libre para hacer lo que quisiera.
Me desperté por la mañana y decidí: bueno, hoy me esperan grandes cambios. Y comencé a hacerlo: me teñí el pelo y aumenté mis labios. ¡Lo hice todo en un solo día! Una mujer despampanante y completamente desconocida con un ligero toque vulgar me miró desde el espejo. Mi médico me preguntó si tenía algunas preferencias de productos. Decidí que eso lo dejaría al especialista.

Todos estaban sorprendidos al verme. Pero después de 4 meses noté que empezaron a perder volumen. Después de 3 meses más visité de nuevo a mi médico. Él me apoyó, claro, pues, recibía mi dinero. Pero se negó a inyectar más cantidad de fármaco. Estaba segura que podría repetirlo en unos meses. Pero no fue así.

Cuando volví a ver mi médico, me negó sus servicios. Me dijo que no iba a hacer daño a una paciente. Claro, a un médico al que le importa su reputación no va a excederse. Mi doctor tiene su blog profesional donde cuenta sobre el tratamiento, sobre los fármacos y sobre las posibles consecuencias, lo que advierte es no permitir excesos. En su sitio se pueden observar muchas fotos de mujeres lindas que aumentaron sus labios solamente un poquito.

Estaba muy enojada con mi médico. Tenía dinero para gastar y más que nada soñaba con impresionar a todos mis conocidos. Así que fui a otro médico al que no le importan las consecuencias. Para él lo importante era recibir el dinero. Él me inyectaba los labios cuando yo quisiera primero después de 7, luego después de 6 y luego a los 5 meses. Este tratamiento no era para nada agradable, pero para mí valía la pena aguantar.

Me paré de inyectar solamente cuando ya no pude ni hablar como antes. Mi rostro también cambió y no para bien. Mi propósito era atraer la atención de todos y tuve éxito en eso. Toda mi apariencia llamativa gritaba: esta chica tiene su precio. Ya saben como son los sugar daddies: cuando ven que una chica invierte en su apariencia, asumen que ella se vende. ¡Pero yo no estaba a la venta! Los chicos de bien dejaron de prestarme atención. Quería gritarles: “Pero no me cambié por dentro, sigo siendo la misma de siempre”. Pera a nadie le interesaban mis gritos silenciosos. Tuve que invertir en el cerebro y no en los labios. Dondequiera que iba, aparecían machos-remachos a mi alrededor. Tenía solo 22 años y la apariencia de una mujer fatal.

Aquí unas palabras de lo que pensaron mis familiares. A mi mamá desde el principio no le gustó esta idea, mi abuela pensó que estaba loca. Menos mal que mi padre no vivía con nosotros. Cuando me vio pensé que me iba a pegar. Pero le dije que esta enseñanza le servirá más a la jovencita por la cual cambió a mi mama. Interesante, que esa chica también se aumentó los labios.

Dejé los tratamientos, ahora mis labios están volviendo a la normalidad. Hay una cosa que sigue molestándome, siento bolitas en los labios. Es la consecuencia de los excesos del fármaco. De verdad no se notan mucho, pero yo las siento y me acompleja eso. No creo que esta experiencia fuera totalmente inútil. Creo que necesitaba probar cambiarme para luego entender que yo soy atractiva y bella como tal.

Les digo una cosa, este tratamiento sirve para las que quieren llamar la atención siendo un objeto de la pasión y viéndose más vieja.

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