Dios te llama

“No temas descender a Egipto” nuestra lectura bíblica: génesis 46:2-3
“Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación.”
Jacob estaba en una encrucijada. Después de años de pensar que su hijo José estaba muerto, ahora sabe que está vivo y en una posición de poder en Egipto. La tentación natural es correr a su encuentro. Pero Egipto también representaba el lugar donde Abraham había fallado, donde Isaac fue impedido de ir (Gén. 26:2), y donde eventualmente sus descendientes serían esclavizados. ¿Debía ir Jacob?
Esta escena nos muestra cómo, incluso en momentos de gozo, puede haber temor y confusión. A veces las bendiciones traen consigo decisiones difíciles. Jacob necesitaba la guía divina.
Antes de tomar una decisión trascendental, Jacob se detiene en Beerseba para adorar a Dios (v.1). Este detalle es vital. Beerseba no es solo una parada geográfica: es un lugar espiritual. Allí había adorado su padre Isaac. Jacob no quiere moverse sin la dirección de Dios.
Y Dios responde con ternura: “Jacob, Jacob”. El llamado doble en las Escrituras (como “Samuel, Samuel” o “Saulo, Saulo”) indica cercanía y urgencia. Dios le recuerda quién es Él: “Yo soy el Dios de tu padre”. En otras palabras: “Puedes confiar en Mí como lo hizo tu padre”.
Le dice: “No temas descender a Egipto”. Lo que parece un paso hacia lo desconocido, en realidad es parte del plan divino. A veces, Dios nos guía a lugares inesperados para cumplir Su propósito en nosotros.
- Dios le promete a Jacob tres cosas:
• “Yo haré de ti una gran nación”: Egipto será el lugar de crecimiento, aunque también de prueba. Dios ve más allá del presente.
• “Yo descenderé contigo”: ¡Qué hermosa promesa! No estarás solo. Dondequiera que vayas, Mi presencia irá contigo.
• “Yo también te haré volver”: Aunque Jacob mismo morirá en Egipto, su linaje regresará a Canaán. Dios piensa en términos generacionales.
Esto nos enseña que la voluntad de Dios no siempre es cómoda, pero siempre es buena y perfecta (Romanos 12:2).
- Al final del capítulo, Jacob y José se abrazan llorando largamente (v.29). Es un momento de sanidad profunda. Después de años de dolor, Dios restaura relaciones y cura heridas.
Dios no solo se ocupa de naciones y promesas globales. También se interesa por nuestras emociones, nuestros anhelos personales, nuestras lágrimas.
• Busca a Dios antes de tomar decisiones importantes. Jacob adoró en Beerseba antes de moverse. ¿Oras antes de actuar?
• No temas los cambios. Si Dios te está guiando, incluso Egipto puede convertirse en un lugar de bendición.
• Confía en que Dios está contigo en cada paso. No estás solo. Su promesa es clara: “Yo estaré contigo”.
• Dios ve más allá del presente. Él está escribiendo una historia más grande que la tuya. Lo que hoy parece incierto, mañana será parte del cumplimiento de Su plan. Comentario de Elena de White (Patriarcas y Profetas, cap. 21):
“En la providencia de Dios, Egipto se convirtió en un refugio para Israel. Aunque fue un tiempo de prueba, también fue un tiempo de bendición. El Señor transformó una situación adversa en una oportunidad para cumplir Su pacto.”
🙏 Oración final:
Señor, gracias porque Tú eres el Dios que guía nuestros pasos. Como a Jacob, a veces me siento temeroso al enfrentar decisiones grandes. Ayúdame a buscarte primero, a confiar en tu promesa de presencia, y a recordar que aunque descienda a ‘Egipto’, Tú irás conmigo. Enséñame a ver los cambios no como amenazas, sino como oportunidades para crecer bajo tu dirección.
Que Dios te Bendiga y te dirija en tus decisiones.
❓ Preguntas para meditar:
1. ¿Hay alguna decisión importante en mi vida en la que aún no he consultado a Dios?
2. ¿Estoy dispuesto a seguir a Dios, incluso si eso me lleva a lugares desconocidos?
3. ¿Cómo puedo recordar que Dios está conmigo, aun cuando el entorno parezca extraño o difícil?

Видео Dios te llama канала Ignacio Castro Ruiz