ORBANEJA DEL CASTILLO - EL PUEBLO DE LA CASCADA

Hoy hemos viajado a Orbaneja del Castillo una pequeña aldea situada en la provincia de Burgos, enmarcada en la comarca de Paramos. Es una pedanía que pertenece al municipio del Valle de Sedano, aunque desde tiempo inmemorial fue un enclave independiente. (https://youtu.be/4QSQSKh3a4U)
Es indudable que Orbaneja del Castillo es uno de los pueblos bonitos y pintorescos de la geografía Burgalesa y castellana. Suspendida en terrazas de toba, en el angosto y sinuoso cañón del Ebro, se mezclan en ella las vistas impresionantes parajes naturales y el sabor popular de sus tradicionales construcciones.
Es una localidad asentada al límite de la provincia de Cantabria, ubicada entre el pueblo de Valdelerrible y Escalada. El asentamiento actual se creó en la Edad Media. De la descripción de su topónimo de deduce que allí, en otros tiempos se ubicó un Castillo. En Orbaneja convivieron durante siglos tres culturas, mozárabes, cristianos y judíos. De la presencia de estos últimos, y su famosa Aljama, tan sólo queda el recuerdo de algunos nombres de sus calles. Fueron los reyes católicos, quienes les dieron el título de villa de Orbaneja del Castillo.
En el año 1827 el escritor e historiador Salvador Miñan y Bedoya, especificó que tenía 38 vecinos, 160 habitantes, y que producía mayormente trigo y cebada, centeno, legumbres y toda clase de frutas. Orbaneja contaba al uno de enero de 2010 con una población de 47 habitantes, de los cuales 27 eran hombres y 20 mujeres. La Villa está considerada como patrimonio histórico, declarado el tres de junio de 1993, por la riqueza de su arquitectura popular, de tipo montañes y pintoresquismo de su entramado urbano.
Orbaneja del Castillo, es evidente que es un pequeño pueblo que le habitan unas pocas familias en el invierno, situación que cambia radicalmente en periodos estivales, convirtiéndose en un lugar animado por el turismo rural y cultural. Que encuentra en este lugar apartado y bello, un sitio ideal para disfrutar de la naturaleza. Como consecuencia de ello, cuenta con varios establecimientos rurales, bares y restaurantes, donde poder hospedarse para poder disfrutar de este magnífico lugar.
Desde el punto de vista monumental, el pueblo tiene su iglesia muy transformada y reformada, durante de siglos. Con espigada torre que emerge a media ladera. Pero si de algo puede presumir esta Villa, es de su fotogenia. Es un bello pueblo que invita a sacar fotografías en cualquiera de sus rincones. Y cuenta con un entorno privilegiado y con bonitas vistas.
No hay monumento más fotogénico y aparatoso, que el del torrente que surge de la cueva del agua. Un paisaje cástico, modelado por el agua, justo encima de las casas de Orbaneja del Castillo.
Una corriente, que nada más ver la luz, atraviesa el pueblo a toda velocidad, y se precipita al Ebro en una cascada de 25 metros, brincando y deshaciéndose en mil hebras, sobre la musgosa piedra tobacea. Todo esto ocurre, para más maravilla, en un recodo del cañón del Ebro, coronado por el parallón calizo, en forma de Circo de relieve, lleno de fantasía, de 200 metros de profundidad. En uno de los huecos de la roca con la figura de dos camellos besándose, se puede apreciar la famosa silueta del mapa de África, que siempre buscan los visitantes.
Merece la pena acercarse, aunque solo sea para pasar el día, a este pequeño pueblo burgales. Indispensable venir con cámara de fotos o de vídeo, porque Orbananeja no le pasará inadvertido. Y para los más aventureros, podrán hacer buenas rutas de senderismo, o andar por sus parajes en bicicleta, observando, quizás, el majestuoso vuelo de la Águilas Reales, y otras aves rapaces, vigilantes de sus territorios emplazados entre sus desfiladeros.
Dejamos Orbaneja del Castillo, han sido unas sacando fotografías y vídeos, inmortalizando sus bellas estampas. Nos vamos sin decir adiós, sino un hasta pronto. (TEXTO del comentario José A. Seoane) Orbaneja, 4 de mayo de 2018

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