Centollas, maestras del camuflaje

Las centollas (Maja Brachydactyla) se camuflan para no ser detectadas por los pulpos, sus depredadores.
Durante el día permanecen inmóviles y perfectamente camufladas, para fusionarse con el entorno.
Los ejemplares jóvenes se agregan en grupos compactos, apiladas unas sobre otras.
De noche se desplazan para alimentarse.
Las centollas varían su decoración según los cambios que sufre el hábitat a lo largo del año, adaptando su camuflaje al entorno en el que se encuentran.
Para camuflarse emplean todo tipo de algas y animales bentónicos como esponjas, anémonas, gorgonias etc.
La técnica que emplean para camuflarse es compleja. Primero la centolla corta fragmentos de algas, gorgonias, esponjas etc., luego desgarra los bordes y por último los engancha a los pelos con forma de gancho, que tiene sobre su caparazón y sus patas.
Las anémonas las despega de las rocas sin dañarlas, y las coloca sobre su caparazón.
Esta técnica defensiva permite a las centollas pasar totalmente desapercibidas.
Grabado en las Islas Cíes. Ría de Vigo. Galicia. España. Océano Atlántico

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