Familias fuertes en momentos difíciles

"Hay esperanza para las familias". En el corazón abierto de Cristo está toda la medicina para cada una de las familias.

Decálogo de Recomendaciones para Nuestras Familias

I. La prevención es la mejor medicina

No esperes a que suceda el problema para solucionarlo.

Prevención teórica: vida de formación. Lectura de libros y escucha de prédicas sobre la familia de acuerdo al Magisterio de la Iglesia.

Prevención práctica: La suposición es la base de todos los errores. Conócete a tí mismo, a tu pareja, a tus hijos.

II. Mirar juntos en la misma dirección

Amar no es tanto verse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección por 2 razones:

1. Razón humana: si tú te concentras demasiado en una persona terminas por cansarte. Como seres humanos somos finitos y tenemos límites.

2. Razón cristiana: Cuando uds. dos están mirando a Jesucristo están trabajando en la mejor versión de uds. mismos.

III. Hay que contar con Cristo.

Toma tus decisiones mirando e involucrando a Cristo. Acostúmbrate a que El está contigo en tu casa. Que tu día sea una continua oración. Detente y ora.

IV. Orar unos por otros

Todo diálogo hay que prepararlo con la oración. A medida que tú haces oración el poder de la Palabra limpia tu corazón y de la otra persona. Ahora ya puedes hablar con el/ella y no con su rabia, miedo, frustración, su dolor o su mal genio.

Cuando tú oras por una persona, Dios te da un poco de esa mirada que El tiene para esa persona y la ves con sus ojos.

V. Vigilar sobre los propios pensamientos y palabras.

No hay manera de cuidar tus palabras si no cuidas tus pensamientos.

Jesús nos enseña a ser muy prudentes en juzgar las intenciones de las demás personas.

VI. Respetar los acuerdos y cumplir las promesas

Lo que más hiere es que se incumplan las promesas y acuerdos.

Los ritos son costumbres hermosas que ayudan a consolidar el amor y esos mismos rituales son los que ayudan a reconstruir la relación de ser necesario.

VII. No buscar igualdad democrática

No creas en el igualitarismo...llamados por algunos igualitarismo de género. El pretender repartir todo en la casa 50 y 50 % no ayuda a la estabilidad del matrimonio.

El 50 y 50 % es un negocio, una transacción y la familia es el lugar de la gratuidad. Así no funciona.

No apuestes al negocio, apuesta al diálogo, al amor, al respeto y sobre todo a la complementariedad.

Aprende a conocer la psicología y la riqueza de tu pareja.

No critiques ni humilles a tu pareja. Ámala sabiendo que es distinta/o a tí. Bendita sea esa diferencia.

VIII. No depender de la emoción, la fantasía o la pasión

La fantasía más frecuente del hombre es sentirse el conquistador y dueño de la mujer. Y la fantasía más frecuente de la mujer es que el romance y los momentos dulces de la pareja no acaben.

Habrá momentos en que no te parecerá agradable y simpático hacer algo por tu pareja. Por eso son importantes dos verbos: Decidir y Construir.

Ella debe entender que debe ser más concreta y resumir sus comentarios. Y él debe aprender a prestar más atención, comprender y ser solidario.

IX. Sugerencias para hablar:

1. Ora en tu corazón antes de cada conversación de importancia.

2. Intención: Ten bien claro lo que quieres con esa conversación. Y si tu intención no va en la línea de tus decisiones o de lo que estás construyendo va acabar mal.

Por ejemplo si tu respuesta es: " Me va a oír", ya tú sabes cómo va acabar.

3. Cuando estés hablando con una persona no partas de la base de que la estás entendiendo bien. De vez en cuando anuncia a la otra persona lo que estás entendiendo de lo que te va diciendo.

Dale retroalimentación y no pierdas el tono de voz ni el cariño al hablar.

X. Pedir y dar perdón

No creas que pedir perdón es humillarse y darle armas a la otra persona para que después te ataque.

Las mujeres suelen jugar un deporte llamado: "Adivíname". Ese juego es un intento de dominación.

La inmensa mayoría de los hombres tienen una capacidad de comunicación, de interpretación del lenguaje gestual y de memoria emocional sustancialmente menor que la mujer. Es por ello que la mujer tiene que ser más clara para que se pueda dar esa comunicación.

Todos buscamos la felicidad, nadie se casa para ser desgraciado.
Construyamos familias que no se hieran dándole el primer lugar a Dios en el hogar. Que así sea.

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