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107. EL ESTRANGULADOR

Esta historia, escrita por Margaret Bennett, fue grabada en marzo de 1987. Interpretada por Marcial Gómez Sáinz, José María Escuer y Francisco Portes. Como narrador, Narciso Ibáñez Serrador.

Ni se miró al espejo del camerino antes de marcharse a su casa. Nancy Garlan estaba cansada de ver su rostro maquillado. En el pasillo de salida, se despidió del portero y salió a la calle que se presentaba solitaria, sin coches, ni autobuses, ni transeúntes. Tras cruzar la plaza, se dirigió hacia el parque Lincoln. No le gustaba cruzar de noche aquella zona ajardinada, pero evitaba dar un rodeo hasta la Cuarta Avenida.

Nancy se detuvo un instante a encender un cigarrillo frente a un quiosco cerrado. No se había dado cuenta pero allí, apoyado, se encontraba un hombre que la observaba atento. La actriz continuó su camino, asustada, y el hombre la siguió de cerca. El miedo se apoderó de Nancy, ¿qué quería aquel hombre? A veces huir resulta imposible. Aquel hombre misterioso agarro con fuerza el cuello de la joven, apretó, mientras ella agonizaba entre sus manos.
Un guion de Margaret Bennett, grabado en marzo de 1987. Interpretada por Marcial Gómez Sáinz, José María Escuer y Francisco Portes. Con la narración de Narciso Ibáñez Serrador.

En el estado de Illinois de cara al lago Michigan, respira el humo de las enormes chimeneas industriales. La ciudad de Chicago es escenario de una serie de desconcertantes asesinatos. En la televisión, el periodista Eddie Krein comenta el caso, en el que apenas hay novedades. Solo un sospechoso: Bronson, que niega los hechos que se le imputan. El juez le dará la libertad bajo fianza si el fiscal no consigue más pruebas.

Ya son cinco las mujeres estranguladas y la ineficacia de la policía se hace cada vez más evidente. Según el inspector Ryan, lo que impide capturar al asesino es su falta de método.

Pero la duda se siembra en la comisaría: ¿y si son varios asesinos? ¿Y si Bronson es inocente realmente? No hay tiempo que perder, el asesino puede volver a actuar en cualquier momento.
Jack Morgan era un hombre invisible, un pobre vagabundo del que nadie reparaba. Y, aunque se colocaba delante de agentes de policía, inspectores, periodistas o simples transeúntes para decirles algo importante, no le oían. No le veían. Sin embargo, en la bohardilla donde vivía, confesó a Robert Brenan que era el asesino, un asesino que ha dado muerte a cuatro mujeres, el estrangulador de la media de seda”.

Robert Brenan le miraba incrédulo, no se creía aquella barbaridad. Los ojos de Morgan brillaban como los de un niño cuando miente, lo único que espera es que le hagan caso, que le detengan y le lleven a juicio, pero todos los policías le toman por un pobre chiflado imposible de sanar. Brenan tampoco se lo termina de creer del todo, no cree que aquel pobre hombre sea el asesino buscado.

Brenan recibe una llamada, es el secretario del señor Kaufmann que le advierte que debe pagar o si no, acabarán con su vida. Robert Brenan no sabe qué hacer, y la única solución que encuentra es conseguir las acciones para poder tener el dinero. Pero, para ello, deberá matarla. En el restaurante donde se encuentra, Brenan coge un abrigo pensando es el suyo, mete la mano en el bolsillo y se encuentra con una media… ¿Es la media que usa el estrangulador? En la mesa de al lado hay un hombre corpulento, sólo, con rasgos inexpresivos y grandes ojeras…
Para la policía, el estrangulador comenzaba a ser un caso de difícil solución. Para los periodistas, ya no tenía demasiado atractivo. Robert Brenan, temiendo que su mujer sea una víctima más del estrangulador, sufre un despiste le encarga el asesinato de su mujer a un comentarista de televisión. Mientras, el vagabundo Jack Morgan sigue caminando por las calles de Chicago diciendo a todo el mundo que él es el estrangulador de la media de seda pero nadie le hace caso: ni la policía, ni los periodistas.

Jack Morgan pasea lánguido bajo la lluvia cuando se encuentra con una pequeña figura azul, la joven Dolly. Está harto de que todo el mundo le ignore, por lo que decide, al pasar por su lado, lanzar la media sobre su cuello. Morgan entra tambaleándose en el edificio del Chicago Tribune buscando al periodista Barnet. ¿Le creerán por fin?

Видео 107. EL ESTRANGULADOR канала Juan Marino
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10 июня 2020 г. 8:00:12
01:23:05
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