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Palomas y gavilanes

Corría el año de 1887. Había dejado atrás a su amada Nicaragua y ahora, a los veinte años de edad, se encontraba en Chile ocupando el cargo de inspector de la Aduana de Valparaíso. Pero siempre tenía tiempo para lo que lo apasionaba: su vocación literaria. Entre el 11 de febrero y el 25 de septiembre logró escribir en Valparaíso y publicar en La Época de Santiago las seis piezas en verso de la primera versión de su trascendental obra Azul.1 He aquí algunos versos selectos de la primera de esas piezas, a la cual Rubén Darío tituló «Ananké»:

Y dijo la paloma: ...
—¡Soy feliz! porque es mía la floresta,
donde el misterio de los nidos se halla;
porque el alba es mi fiesta
y el amor mi ejercicio y mi batalla.
¡Feliz, porque de dulces ansias llena
calentar mis polluelos es mi orgullo;
porque en las selvas vírgenes resuena
la música celeste de mi arrullo;
porque no hay una rosa que no me ame,
ni pájaro gentil que no me escuche,
ni garrido cantor que no me llame!...

Puede leerlo completamente, verlo de nuevo en video como si fuera por TV, escucharlo como si fuera por la radio, incluso imprimir este mensaje y muchísimos más desde marzo del 2004 hasta hoy, en: www.conciencia.net.

Видео Palomas y gavilanes канала Un Mensaje a la Conciencia
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9 ноября 2019 г. 20:10:19
00:04:04
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