Julio Iglesias y las palabras que dijo y que alejaron a Enrique por años|DOCUMENTAL |LINEA DE TIEMPO

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1943: Antes de Luis Miguel, Ricky Martin, Shakira o el propio Enrique Iglesias, el mundo aprendió castellano a través de un joven madrileño que nació este año, llamado Julio José Iglesias de la Cueva, conocido en todo el planeta como el gran: Julio Iglesias.
El cantante melódico, considerado el intérprete español más popular internacionalmente de todos los tiempos, se inició en el mundo de la fama no como cantante, sino como deportista, pero no cualquier deportista. Julio Iglesias, fue el portero en el primero equipo del Real Madrid, y también, a la par estudiaba Derecho.
Sin embargo, un accidente automovilístico, allá por los años 1962, truncó su prometedor porvenir. Julio estaba celebrando su vigésimo cumpleaños con un grupo de amigos cuando el coche en el que circulaba se estrelló contra unos arbustos. Cuando recuperó la conciencia, las noticias no podían ser peores: el parte médico inicial decía que jamás volvería a caminar. De hecho, sus lesiones en la espalda le dejaron secuelas de por vida.

El milagro para Julio llega de las manos del enfermero y asistente de su padre, Eladio Magdalena, quien le regala una guitarra, como terapia para ejercitar sus dedos. Es así, como poco a poco, sus poemas pasan a ser canciones.

1968: Para liberar los complejos del “no puedo” su padre, el doctor Julio Iglesias Puga, decide enviarlo a Londres para que aprenda inglés. Allí se encuentra con todo un escenario musical que abre sus sentidos y comienza a cantar en locales nocturnos como el Air Port Pub. En julio de este año, se proclama vencedor del Festival Internacional de la Canción de Benidorm con su tema propio “La vida sigue igual”, compuesta durante su paraplejia.

Este primer éxito le hizo firmar un contrato con Discos Columbia y al año siguiente lanza su primer álbum “Yo canto”, hace su primera gira en España, participa en el X Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar y también, protagoniza su primera película autobiográfica con el título de su primer éxito musical: La vida sigue igual.
1970: Este año se vuelve a enlistar al concurso de Eurovisión con su canción “Gwendolyne”.

Aunque, el tema de Julio queda en un honroso cuarto lugar, se convierte en un éxito en Europa y América Latina, pero también, fue el pase VIP para abrirle las puertas en todo el mundo.
Pero, ¿quién es Gwendolyne?, Según el propio artista en su libro autobiográfico “Entre el cielo y el infierno”, Gwendolyne Bollore, era una francesa y fue su primer amor después del accidente del 62. La conoció en Cambridge durante una estancia para aprender inglés.
Dato: En la presentación de Eurovisión se puede apreciar que el traje del artista no tiene bolsillos, pues te contamos que fue diseñado así a propósito, para evitar que metiera las manos en ellos, uno de sus tics más reconocibles. Otro de los detalles, que seguramente no sabías, es que producto del accidente su sistema nervioso funcionaba tan solo al 65%, por ello, cuando canta cierra los ojos para no desconcentrarse.
1971: Un año que marca una etapa para Julio Iglesias.

Sí, después de 7 meses de relación se casa con la filipina María Isabel Preysler Arrastia, la mujer que le inspiraría sus primeras canciones románticas y con quien tiene 3 hijos, uno de ellos el cantante español Enrique Iglesias.
Es verdad que, Preysler llega a Madrid para estudiar secretariado internacional y conoce a Iglesias en una fiesta de la socialité, pero su llegada al país europeo fue por presión de sus padres, pues no aceptaban la relación amorosa de Isabel con un joven. Así como tampoco consintieron la boda con Julio Iglesias que, en ese entonces, tenía ya la fama de infiel por naturaleza.
Isabel Preysler no era ajena a las fans que rodeaban a su marido y los incontables idilios reales o inventados que se le atribuían. Cuando el periódico Daily Mirror publicó que el cantante había confesado haberse acostado con hasta 3 mil mujeres. Él dijo: es verdad que he disfrutado de la fascinación de vivir intensamente. Pero de eso a que duerma con 3 mil mujeres, le dije a mi mánager “Ni se te ocurra desmentirlo”. Este episodio, sumado a la ausencia de Julio como padre, acabaría en divorcio tan solo siete años después de que dieran el “sí, quiero”.
En 1979, Isabel Preysler, consiguió la nulidad eclesiástica, una opción solo a disposición de la alta sociedad. De esta manera pudo casarse de nuevo por la iglesia en 1980 con el marqués de Griñón, Carlos Falcó.

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