RAFFAELLA CARRA Y LA HISTORIA DE LA PIONERA E ICONO DE LA TV QUE SE ADELANTO 30 AÑOS PARA SU ÉPOCA

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1943: No ganó la lotería, pero es como si lo hubiera hecho. Una simple combinación de numeritos 03-03-456, le abrió las puertas en América Latina, en épocas de teléfonos públicos y militares prohibiendo la "subversiva" frase "para hacer bien el amor hay que venir al Sur".
Raffaella Maria Roberta Pelloni nació en junio de 1943 en la coqueta Bolonia, la ciudad italiana con más kilómetros de ingresos del mundo. Un año bajo las bombas de la II Guerra Mundial, en el que también nacieron: Mick Jagger, George Harrison y Roger Waters. Sabe que tuvo algo de rockstar siendo chica popstar.
Aquello de “Carrá” fue una idea del director y guionista Dante Guardamagna, quien le sugirió quedarse con el nombre de Raffaella, que le recordaba al genial pintor del Renacimiento, Rafael y combinarlo con el apellido de otro gran artista italiano, Carlo Carrá. Antes de ser famosa, su nombre ya estaba ligado al arte y cómo no, si la italiana quería ser coreógrafa y no cantante.

Llegó a ser el centro de Italia y a la vez motor de la gran grieta italiana. Despertó la ira del Vaticano por mostrar el ombligo como quien muestra orgulloso un lunar. Su palabra preferida sigue siendo la misma: "Libertá", con acento profundo en la "a", como Carrá.

1952: Raffaella nació en el seno de una familia de clase media, su padre era dueño de un bar y su madre ama de casa. Estudio en el Colegio Español de Bologna, una institución sofisticada, comandada por estrictas monjas. Su sueño inicial era ser coreógrafa, pero no hubo demasiado tiempo para pensar en vocaciones: a los 9 ya había debutado en el cine con “Tormento del passarato”, y lo demás fue como el tejido al crochet del destino.

Te preguntarás, ¿cómo llegó a debutar en el cine? Resulta que viajo con su madre a Roma y por cosas de la vida, a través de un amigo de su familia, un director la eligió por su simpatía para interpretar el pequeño papel. Desde entonces compaginó los estudios de la danza y la actuación en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma. Estaba naciendo la diva Rafaella. Sí, esa que Lady Gaga y Madonna tomaron como referente.

1965: Raffaella debutó 5 años antes como actriz reconocida en la película “La larga noche del 43” y personificó a Bianca en la película Los Camaradas en 1963, un papel que le valió el boleto de ingreso para Hollywood. Allí dejó sorprendentes anécdotas, como la vez que plantó al gran Frank Sinatra.

Sí, a La Carrá poco le importaba la fama de Frank y así lo dio a notar. Había sido convocada para integrar el elenco de El coronel Von Ryan. Significaba su primera incursión en la industria hollywoodense. Ella aceptó gustosa su papel hasta que trascendió: "No seré la chica del jefe"

¿el jefe? Es que Sinatra, mujeriego como pocos, había posado su mirada sobre ella. La chica de Bologna era despampanante, atractiva y llamativa, con aura propia, pero se le plantó al rey de Nueva York, quien ante semejante desplante buscó aliciente en otra integrante del elenco

Si bien, en esta carrera tenía grandes posibilidades de crecer para Raffaella no fue lo esperado; por ello, solo tuvo un breve paso en el cine con alrededor de 11 películas. (colocar portadas de películas: Tormento del passato (1952), Cinque marines per cento ragazze (1961), Poncio Pilatos (1962), Von Ryan's Express (1965), La Sombra del Zorro (1962), La lunga notte del '43 (1963), I compagni (1964), La chance et l'amour (1964), Le Saint prend l'affut (1966), Cran d'arrêt (1970) y Bárbara (1980) y cinco series (colocar portadas de series: Il paroliere questo sconosciuto (1961), Scaramouche, I Spy (1966) 1 episodio-USA, Arsenio Lupin y Una mamma per caso (1997) como I Spy, que compartió escena con Bill Cosby, el mismo que hoy está entre rejas por violación.

La señora de las "erre" se sintió rana de otro pozo y decidió volver al pozo que le correspondía, sentándose en el trono de la pantalla chica.
1970: El salto que Raffaella dio a la música se debe a una producción de Broadway: el musical Hair, que tuvo mucho impacto a fines de los años 60, pues tocaba el tema de la revolución sexual, las drogas e incluía desnudos de todos los actores en algunas escenas. Raffaella lo vio en Francia y se le vino la idea de aplicar ese avezado estilo en una Italia aún conservadora y así, se convirtió en el “ombligo de Italia”.

Y no se equivocó. Vean lo que ella hizo en la pantalla chica solo en el año de 1971. Por eso, muchos señalan que Raffaella Carrà fue la artista que cambió la televisión italiana.

Sus bailes, sus movimientos y, sobre todo, las exposiciones de su ombligo se volvieron famosos en una Italia que no estaba acostumbrada a ver en televisión el vientre de una mujer. Imagínense que hasta ahora llaman a Raffaella Carrá “el ombligo de Italia”. Ser pionero en algo casi siempre significa generar polémica, y eso fue lo que también pasó con ella.

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