Las abejas en su apogeo

Con la llegada de la primavera las abejas se transforman y el bullicio se hace intenso en las colmenas cin la llegada de la esperada gran floración de la temporada. Después de un largo invierno, los apicultores deben cuidarse muy mucho de que sus colonias lleguen fuertes a la primavera si no quieren ver pasar ésta sin ningún sentido positivo. Por lo que en la época fría habrán tenido la preocupación de haber mantenido sanas y alimentadas adecuadamente a sus abejas, amén de asegurarse de que sus reinas son jóvenes y conservan su casta original.
Por otra parte, llegado el buen tiempo las abejaa tienden a reproducirse mediante la enjambrazón natural, algo que el apicultor debe evitar por todos los medios so pena de perder la reina que con tanto esmero ha criado y perder, asimismo, un tiempo precioso en tanto la colmena enjanbrada recupera la actividad ya con una reina nueva, que no comenzará su puesta de un día para otro.
Lo correcto es impedir la enjambrazón, creando el apicultor sus propios enjambres y criando sus reinas al antojo o bien procurando que la nueva colonia no críe una reina de emergencia. Para esto, bastaría con repasar las colmenas partidas al quinto día y eliminar cuantas celdas reales se hallen ya cerradas y eligiendo aquellas abiertas más nuevas, que son con las que las melíferas se han empleado concienzudamente y tenemos la seguridad de que solo han sido alimentadas con jalea real. Pero no termina el trabajo aquí, sino que antes de 16 días (antes de que eclosionen) debemos volver al apiario para dejar una sola celda real en aquellas colmenas que se hayan partido en la misma fecha y retirar la demás; que también son aprovechables si las extirpamos adecuadamente, para ingresarlas en otras colmenas a las que se quieran cambiar la reina o en núcleos recientemente formados.

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